Los gambianos comenzaron a votar este jueves en una elecciones en las que el actual presidente de Gambia, Yahya Jammeh, desde hace 22 años en el poder, enfrenta por primera vez el desafío de una oposición unida.
Unos 890.000 gambianos -de dos millones de habitantes- están llamados a elegir entre Yahya Jammeh, Adama Barrow, el candidato opositor, y Mama Kandeh, un exdiputado oficialista que formó un nuevo partido.
Los tres candidatos tienen 51 años y nacieron en 1965, año de la independencia de esta antigua colonia británica de África del Oeste.
Los 1.400 colegios electorales abrieron a las 08H00 (misma hora GMT) y cerrarán a las 17H00, constataron los periodistas de AFP, cuyo trabajo se ve dificultado por problemas de transmisión.
Desde las 20H00 del miércoles se registra un corte de los servicios de internet y telefonía y no es posible hacer llamadas internacionales o enviar SMS desde y hacia Gambia.
Los primeros resultados se esperan hacia la medianoche de este mismo jueves.
Enclavado en el territorio de Senegal, Gambia tiene una fachada atlántica en la desembocadura del río Gambia.
Desde su independencia conoció sólo dos presidentes, el líder de la independencia, Dawda Jawara, derrocado en 1994 por un golpe de estado dirigido por Yahya Jammeh.
“No ganarán” afirmó el martes el actual presidente, que fue elegido por primera vez en 1996 y reelegido tres veces consecutivas.
Yahya Jammeh dijo que era imposible que hubiera fraude y advirtió que no tolerará ninguna contestación del resultado en la calle.
El opositor Adama Barrow también dijo que estaba “seguro 100% de la victoria y con una amplia diferencia” y advirtió al gobierno contra un eventual fraude.
“Si tuviera que darle un consejo a Jammeh, éste sería que acepte la voluntad del pueblo si pierde”, dijo Barrow preocupado por lo que pueda suceder después de las elecciones.
Los analistas y la oposición creen que por primera vez el poder de Jammeh está amenazado al término de una campaña marcada por un pluralismo inhabitual.
“La libertad de expresión no debe terminar con la proclamación de los resultados de las elecciones presidenciales”, advirtió Amnistía Internacional.
Las voces críticas se oyen cada vez más desde las manifestaciones de abril para reclamar reformas políticas y las que protestaron por la muerte del opositor Solo Sandeng.
El jefe del principal partido de oposición, Usainu Darboe, adversario de Jammeh en los anteriores comicios, y otra treintena de acusados, fueron condenados en julio a tres años de prisión por haber participado en una reunión ilegal.
Esta represión despertó un movimiento de unidad de la oposición en torno a un candidato común, Adama Barrow, relativamente nuevo en política, que se comprometió a respetar el acuerdo de la oposición que prevé la formación de un gobierno de transición de tres años en ruptura con el poder sin límites de Jammeh.
A pesar de las críticas -el gobierno es acusado regularmente de acosar a la oposición, de violar la libertad de prensa y de desapariciones forzadas- Yahya Jammeh tiene muchos partidarios.
Muchos gambianos consideran que garantiza la estabilidad en una región sacudida por numerosos conflictos y logró avances en educación y salud, pero muchos huyen de la pobreza y la represión.
Entre los migrantes que llegan a Europa, los gambianos son la principal nacionalidad con respecto a la población del país.