Al menos 46 personas, la mayoría civiles, murieron este domingo por unos bombardeos aéreos probablemente llevados a cabo por la aviación rusa en la provincia de Idleb, en Siria, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Los ataques golpearon tres sectores diferentes de la provincia, controlada en gran parte por rebeldes y situada en el noroeste del país, según el OSDH.
Rusia es el principal aliado del régimen de Bashar al Asad en la guerra contra los rebeldes y los yihadistas.
El Observatorio explicó que determina qué aviones llevan a cabo los bombardeos analizando el tipo de ataque, la localización donde se producen, los patrones de vuelo y el tipo de munición empleada.
El balance de víctimas incluye 26 civiles, entre ellos tres niños, en la ciudad de Kafr Nabal, y 18 personas más en la localidad de Maaret al Numan.
En Kafr Nabal, un testigo dijo a la AFP que los aviones atacaron en varias ocasiones.
“Seis bombardeos alcanzaron viviendas y un concurrido mercado local”, explicó Hossam Hosber.
En Maaret al Numan, un fotógrafo de la AFP vio a residentes locales y Cascos Blancos intentando encontrar a supervivientes entre las ruinas de un mercado de verduras golpeado por el bombardeo.
Según el Observatorio, la mayoría de los muertos en Maaret al Numan también eran civiles, si bien quedaban algunas identidades por comprobar.
Otras dos víctimas pudieron haber muerto en dos bombardeos más en la zona y seis civiles, cuatro de ellos niños, habían muerto en otro ataque del régimen con bombas de barril en Al Tamanah.
Rusia comenzó su intervención militar en apoyo al presidente Bashar al Asad en septiembre de 2015.
En noviembre, el ministro ruso de Defensa, Sergei Shoigu, dijo que sus fuerzas habían iniciado una “gran operación” en las provincias de Idleb y Homs.
La primera está controlada mayoritariamente por una poderosa alianza conocida como Jaish al Fateh (Ejército de la Conquista), integrada por facciones islamistas y yihadistas del frente Fateh al Sham, exfilial de Al Qaida en Siria.
La mayor parte de la provincia de Homs está controlada por el gobierno sirio, pero quedan pequeñas zonas rurales en manos de grupos rebeldes.
Más de 300.000 personas han muerto en Siria desde que empezó el conflicto, en marzo de 2011.