El presidente colombiano Juan Manuel Santos recibió este sábado en Oslo el premio Nobel de la Paz, “en nombre de las víctimas” del conflicto en Colombia al que ha puesto fin un acuerdo con las FARC que espera sirva de modelo a otros países en guerra.
En una solemne ceremonia en el ayuntamiento de la capital noruega, ornado para la ocasión con rosas y claveles traídos de Colombia, y en presencia de los reyes Harald y Sonia, Santos afirmó que el pueblo de Colombia, “con el apoyo de nuestros amigos de todo el planeta, está haciendo posible lo imposible”.
“La guerra que causó tanto sufrimiento y angustia a nuestra población, a lo largo y ancho de nuestro bello país, ha terminado”, añadió.
Santos, bogotano de 65 años, recibió el galardón “en nombre de las víctimas”, y lo dedicó a los negociadores del gobierno y de la guerrilla de las FARC, que pusieron fin a un conflicto de más de 50 años que causó 260.000 muertos y más de seis millones de desplazados.
“El verdadero premio es la paz de mi país. ¡Ése es el verdadero premio!” exclamó el presidente colombiano ante su auditorio.
Por la noche varios centenares de personas se congregaron ante el hotel donde se aloja Santos para la llamada “procesión de las antorchas” que organiza el Comité Nobel, a la cual el presidente saludó fugazmente desde un balcón.
La entrega de los Nobel también tuvo su capítulo en Estocolmo, donde el rey Carlos XVI Gustavo entregó los galardones de Medicina, Física, Química, Economía y Literatura.
– Homenaje a víctimas –
A la entrega del Nobel de la Paz asistió una delegación colombiana de decenas de personas, entre familiares, funcionarios de gobierno y representantes de las víctimas del conflicto.
Entre ellos, escuchaban atentamente el discurso de Santos la excandidata presidencial Ingrid Betancourt y la representante de la Cámara, Clara Rojas, ambas secuestradas en 2002 por las FARC y liberadas en 2008.
En mitad de su discurso, el presidente pidió a las víctimas del conflicto presentes en la sala, que se pusieran de pie para recibir una ovación.
Santos aseguró que este galardón “pertenece también” a los negociadores del gobierno y de las FARC y a las “las Fuerzas Armadas”.
Gracias a ellos, “termina el conflicto armado más antiguo, y el último, del Hemisferio Occidental (… y) podemos decir que América –desde Alaska hasta la Patagonia– es una zona de paz” añadió.
“Este premio lo recibo en nombre de cerca de 50 millones de colombianos” y “sobre todo en nombre de las víctimas”, aseguró además Santos.
El mandatario colombiano fue premiado el 8 de octubre por sus “esfuerzos resueltos y valientes” en impulsar las negociaciones de paz.
Ningún representante de las FARC asistió a la ceremonia, pero la vicepresidenta del Comité Noruego del Nobel, Berit Reiss-Andersen, tuvo palabras de elogio para el comandante en jefe de la guerrilla marxista Rodrigo Londoño, alias Timochenko, “por haber lamentado tan claramente y sin reserva los padecimientos que las FARC han causado a la población civil”.
Tampoco estuvieron miembros del gobierno del expresidente Álvaro Uribe, opuesto al acuerdo con la guerrilla.
“El presidente Uribe tiene todo el derecho de pensar ahora diferente a lo que pensaba antes” afirmó a la AFP Santos, que fue ministro de Defensa de Uribe, tres horas antes de la ceremonia.
“Estamos haciendo todo lo que él (Uribe) quería hacer” agregó.
Desde Colombia Uribe tuiteó durante la ceremonia: “Lleva impunidad y premio al terrorismo hasta la última consecuencia de poner en riesgo la democracia, y la disculpa es terminar la guerra”.
– ¿Un ejemplo para otros países? –
En su discurso Santos aseguró que el acuerdo con las FARC demuestra que es posible alcanzar la paz en países en guerra como Siria, Yemen o Sudán del Sur.
El acuerdo “es un rayo de esperanza en un mundo afectado por muchos conflictos y demasiada intolerancia” y “una demostración de que lo que en un principio parece imposible -si se persevera- se puede volver posible”, afirmó.
Sobriamente vestido, con traje oscuro y corbata azul, Santos afirmó: “Señoras y señores, hay una guerra menos en el mundo, y es la de Colombia”.
“Despertemos la capacidad creadora para el bien, para la construcción de la paz” exhortó al término de su discurso el presidente colombiano, quien aludió a su “aliado en la búsqueda de la paz”, Gabriel García Márquez, premio Nobel de Literatura en 1982.