Al menos 60 personas murieron el sábado al derrumbarse el techo de una iglesia evangélica en el sureste de Nigeria, pero el balance de víctimas podría ser mucho más alto, a medida que los socorristas continuaban este domingo su labor de búsqueda.
Según una fuente cercana al hospital universitario de Uyo (sureste), donde tuvo lugar el drama, “más de 200 víctimas” fueron trasladadas al centro para ser atendidas.
Entre estas personas, 60 muertos fueron “confirmados”, y las otras sufren heridas de “diversos grados”, precisó esta fuente a AFP.
“Todos nuestros médicos fueron contactados para hacer frente a esta situación de emergencia”, declaró el director del hospital Ibom Specialist, Etete Peters, negándose a comentar este balance.
Los socorristas -policías, soldados, bomberos, obreros de la constructora Julius Berger y miembros de la asociación médica de Nigeria- seguían buscando supervivientes entre los escombros este domingo.
La iglesia evangélica Reigners Bible Ministry organizaba este fin de semana una congregación de fieles en Uyo, en el Estado de Akwa Ibom, cuando el techo de la iglesia, que todavía estaba en construcción, se derrumbó sobre la multitud.
“Veinte minutos después de la llegada del gobernador del Estado [a la iglesia], el techo empezó a crujir. El gobernador pudo salvarse rápidamente, pero otros no tuvieron esa suerte”, contó un superviviente a la prensa local desde su cama de hospital.
La ciudad de Uyo se encuentra en una región muy remota.
“No puedo confirmar el número de muertos, porque las operaciones de rescate continúan. Vamos con mucho cuidado para mantener la situación bajo control e impedir que los saqueadores acudan al lugar del accidente”, declaró Cordelia Nwawe, responsable de comunicación de la policía local.
“Todos los equipos de rescate hacen lo máximo para intentar salvar a las víctimas atrapadas bajo los escombros”.
El gobernador del Estado, Emmanuel Udom, declaró dos días de luto, tras salir ileso del accidente. El lunes organizará una ceremonia en homenaje a las víctimas.
En un comunicado firmado por su portavoz, Ekerete Udoh, el gobernador pidió mantener la calma y animó a rezar por los heridos.
El presidente nigeriano, Muhamadu Buhari, dio el pésame “en nombre de su familia y de la nación entera por los numerosos muertos y heridos tras el trágico accidente”, anunció el portavoz de la presidencia Garba Shehu en un comunicado.
En septiembre de 2015, 115 personas, entre ellas 84 sudafricanos, murieron en condiciones similares en Lagos, la capital económica del país, cuando se derrumbó una iglesia del célebre telepredicador nigeriano TB Joshua.
La catástrofe se atribuyó entonces a fallos en la construcción del edificio, a cuya estructura original se añadieron pisos sin obtener ninguna licencia de obras.
El pastor no fue condenado por esos hechos y se niega a colaborar con la justicia.
Nigeria, el segundo país más religioso del mundo según el instituto de sondeo Gallup International, se divide entre el norte musulmán y el sur cristiano, de mayoría evangélica.
La iglesia Mountain of Fire and Miracle Ministry en Lagos, una de las más grandes del país, organiza oraciones sin interrupción, que llegan a durar hasta una semana.