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La dimisión de Rogers destapa el malestar de los mandarines por el Brexit

La dimisión del embajador británico ante la Unión Europea destapó la tensión entre los mandarines y los elementos pro-Brexit más vociferantes del Gobierno, además de aumentar la posibilidad de una ruptura dura con el bloque.

En la carta de despedida a su equipo, Rogers instó a los funcionarios a "seguir cuestionando argumentos sin sustento y razonamientos confusos" y a no temer "decir la verdad a quienes están en el poder", a falta sólo de 12 semanas para la fecha límite que la primera ministra Theresa May impuso para notificar la salida de la UE y empezar las negociaciones de ruptura.

Además, Rogers recomendó a su equipo unidad para "transmitir mensajes desagradables a quienes necesitan escucharlos", en alusión al gobierno, y advirtió de la falta de "experiencia multilateral seria" en la administración británica, "algo que no falta en la Comisión o el Consejo" europeos.

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En una indirecta al ministro de Comercio Exterior, Liam Fox, uno de los más beligerantes contra Bruselas, Rogers dijo que, "al contrario de lo que creen algunos, el libre comercio no ocurre porque sí", sino que es el resultado de acuerdos con otros gobiernos.

Fox apuesta por romper totalmente con los socios europeos y volcarse en lograr acuerdos de libre comercio con Estados Unidos, Australia o India.

– Que pasen los optimistas –

Rogers acababa su mandato a finales de 2017 y llevaba en el cargo desde noviembre de 2013. La Comisión Europea lamentó "la pérdida de un interlocutor y un diplomático muy profesional y muy bien informado, aunque no siempre fácil, que siempre defendió con lealtad los intereses de su gobierno", indicó en rueda de prensa la portavoz del Ejecutivo comunitario, Natasha Bertaud.

Los partidarios del Brexit duro saludaron la dimisión de un hombre al que veían como demasiado cauto y abducido por los tejemanejes de Bruselas, y al que culpaban de haber frenado la ambición de David Cameron cuando fue a reclamar concesiones a Bruselas antes del referéndum del 23 de junio.

Su gran pecado, sin embargo, habría sido advertir al gobierno que el resto de países de la UE no cree posible llegar a un acuerdo comercial con Londres antes de 10 años, en vez de los dos que preconiza el gobierno de May.

Así, el diario Daily Telegraph, partidario de la salida de la UE, reclamó a May que nombre a un "Brexiteer" convencido para el puesto: "tenemos que entrar en los 12 meses más importantes de la historia reciente del país con una mentalidad positiva".

Rogers, añadió el diario en su editorial, "representaba una corriente en el gobierno y el ministerio de Exteriores que nunca se reconciliará con el Brexit y cuyos seguidores, en consecuencia, no pueden ser confiados con la tarea de buscar un acuerdo que beneficie al Reino Unido, en detrimento de la Unión Europea",

Nigel Farage, que fue líder del antieuropeo partido UKIP durante la campaña, saludó la dimisión y reclamó "una limpieza completa" en el Foreign Office.

– El 'amateurismo' del Gobierno de May –

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En cambio, el que fue gran mandarín Nicholas Macpherson, exsecretario permanente del Tesoro -el alto funcionario que ejerce de principal asesor del ministro-, denunció la "destrucción total y deliberada de la experiencia europea" en la administración, tildando la maniobra de "amateurismo".

Macpherson destacó en su tuit la desaparición en los últimos meses, de áreas relacionadas con las negociaciones con Bruselas o directamente de la administración, de otros conocedores de las interioridades europeas, como Jon Cunliffe, Michael Ellam y Tom Scholar.

Para varios analistas, la salida de Rogers acerca la posibilidad de una ruptura áspera con Bruselas.

"Los socios del Reino Unido se tomarán" la renuncia "como un signo de que el gobierno de May se encamina a un Brexit duro que anteponga la soberanía a la integración económica con la UE", estimó Charles Grant, director del Centro para la Reforma Europea, en declaraciones a la agencia Bloomberg News.

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