El abogado de Anders Behring Breivik cuestionó este miércoles la salud mental del asesino neonazi en un alegato sobre el aislamiento de su cliente en prisión, punto central de su juicio en apelación tras la condena del Estado noruego el año pasado por trato "inhumano".
"¿Este hombre está en buena salud en el sentido común?", lanzó Øystein Storrvik en su alegato en el último día del juicio sobre las condiciones de detención de Breivik, que perpetró la matanza que dejó 77 muertos en 2011.
Su "salud mental no parece buena", dijo.
Un tribunal de Oslo condenó en abril de 2016 al Estado noruego por trato "inhumano" y "degradante" en violación al artículo 3 de la Convención Europea de Derechos Humanos, criticando en particular el aislamiento prolongado de Breivik.
Breivik se queja de dolores de cabeza que atribuye a su régimen de detención. Al declarar la semana pasada, el extremista de 37 años, que por razones de seguridad permanece aislado de los otros prisioneros, afirmó que su estado contribuía también a radicalizarlo aún más.
El 22 de julio de 2011, disfrazado de policía, Breivik mató a 69 personas, en su mayoría adolescentes, en un campamento de verano en la isla de Utoya. Un poco antes había matado a otras ocho personas con una bomba en Oslo.
Breivik fue condenado en agosto de 2012 a 21 años de prisión, una pena que puede ser prolongada indefinidamente si se lo considerase aún peligroso.
Las autoridades describen a un detenido en buena salud física y psicológica, pero su abogado manifestó dudas sobre la salud mental de Breivik, evocando el contenido inapropiado de sus cartas y su insensibilidad persistente respecto a sus crímenes.
"Son esos elementos (…) que, al menos para mí, como abogado, hacen que no pueda de ninguna manera ser considerado como en buena salud, en el sentido retenido por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos", dijo.
A su lado, Breivik escuchó el alegato sin molestarse, cabizbajo.
En paralelo, Storrvik subrayó que el aislamiento de su cliente "se acerca a los seis años". "Es un problema creciente cada día que pasa", afirmó.
El Estado niega por su parte que Breivik se encuentre aislado y destaca sus frecuentes contactos con los vigilantes, personal médico, pastores religiosos y sus abogados.
El martes, el fiscal general, Fredrik Sejersted, calificó sus condiciones de detención como privilegiadas, refiriéndose a él como el "prisionero VIP", al disponer de tres celdas de más de diez metros cuadrados cada una, algunas con vista al campo, televisores con consolas de juego Xbox y Playstation, y varios aparatos de musculación.