Durante la campaña electoral, Donald Trump prometió reconocer a Jerusalén como la capital de Israel, modificando la política tradicional de Estados Unidos.
"La posición expresada por el presidente Trump durante el periodo electoral debe ser más prudente", subrayó el secretario general adjunto de la Liga Árabe para los temas palestinos, Said Abu Ali.
"Esperamos que la nueva administración estadounidense revise su posición, de manera a que sirva y preserve su papel de mediador en el proceso de paz", subrayó en declaraciones a periodistas en El Cairo, en donde se encuentra la sede de la organización panárabe.
Israel considera a Jerusalén, incluida la parte oriental que ocupa desde 1967 y luego anexada, como su capital. Unos 200 mil israelíes se instalaron en colonias en Jerusalén este.
Los palestinos, que suman un tercio de la población de la ciudad, quieren hacer del este de Jerusalén la capital de su futuro Estado.
"La Liga Árabe espera que no haya cambios en la posición estadounidense que considera a Jerusalén como una ciudad palestina ocupada", subrayó Abu Alí.
El exsecretario de Estado norteamericano, John Kerry, había advertido recientemente sobre el riesgo de una "explosión absoluta en la región" en caso del traslado de la embajada.
Pero el 22 de enero la Casa Blanca pareció descartar la hipótesis de un anuncio inminente sobre este traslado.
"Estamos apenas en el comienzo del proceso para tratar el tema", había afirmado el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer.