Autoridades informaron que las amenazas de bomba, que se realizaron en 11 diferentes centros judíos de Estados Unidos, suben a 69 el número de incidentes de este tipo contra establecimientos de la comunidad judía, presentes en 27 estados del país.
Todas las amenazas de bomba del lunes, al igual que las recibidas el 9, 18 y 31 de enero, resultaron ser falsas y los centros judíos afectados retomaron sus actividades, indicó el JCC Association of North America.
El FBI y el Departamento de Justicia investigan estos incidentes, en tanto, el Gobierno de Donald Trump los fustigó.
"El odio y la violencia motivada por el odio de cualquier tipo no tienen lugar en un país fundado en la promesa de la libertad individual", dijo un funcionario.
La hija del presidente Ivanka, convertida al judaísmo, también denunció las amenazas.
Por su lado, los medios locales informaron de que más de un centenar de lápidas fueron vandalizadas en un cementerio judío en la localidad de St. Louis, del estado de Misuri.
"En la última semana, personas desconocidas derribaron múltiples lápidas en el cementerio", dijo la policía de la universidad City en un comunicado.
La policía declinó confirmar el número de lápidas dañadas en el cementerio de Chesed Shel Emeth, mientras revisaban los vídeos de vigilancia del lugar y de negocios cercanos.
El centro Southern Poverty Law Center, que monitoriza el extremismo, señaló en un reciente informe que el número de grupos que incitan al odio está aumentando y alcanza niveles casi históricos, lo cual está vinculado al surgimiento de un "populismo de derecha" durante la campaña presidencial.