Tras los ataques aéreos llevados a cabo por Bagdad en Siria en febrero, el primer ministro de Irak, Haider al Abadi, afirmó que su país "no dudará" en golpear las posiciones del grupo yihadista Estado Islámico (EI) en los países vecinos.
Mientras, sobre el terreno, las fuerzas iraquíes se esforzaban este miércoles en desactivar las bombas dejadas por los yihadistas en las zonas recuperadas del oeste de Mosul para preparar nuevas operaciones, indicaron algunos oficiales.
"Lo primero es la limpieza de las zonas liberadas y la desactivación (de bombas) en las casas trampa", declaró a la AFP el coronel Abdel Amir al Mohammedawi, de las Fuerzas de Intervención Rápida, unidad de élite del Ministerio del Interior.
Apoyados por la coalición internacional liderada por Estados Unidos, las fuerzas iraquíes dirigen desde el 19 de febrero una operación de envergadura para retomar el oeste de Mosul, último gran bastión del Estado Islámico en el país.