Olivia se enteró por las noticias de los incidentes y posterior tragedia, pero antes de viajar a la capital tuvo que pedir prestado dinero para el viaje desde Champerico, Retalhuleu.
Ella era una de las madres que con angustia pidieron información el miércoles por la noche en el Hogar Seguro, y como a las demás, le tocó esperar hasta cuatro horas para que algún encargado le diera pistas.
"Qué me la entreguen aunque sea muerta para irla a enterrar" decía Olivia en el Hospital Roosevelt a donde llegó junto con su hermana. Cada una tenía una fotografía ampliada de Melanie Yanira, con la esperanza de que si alguien la miraba les pudiera decir dónde hallarla.
Antes de llegar al Roosevelt pasaron por el Hospital General San Juan de Dios, pero tampoco hallaron a la menor.
Olivia ha tenido que ver a otras niñas y adolescentes quemadas en su intento de reconocer a Melanie, pero revela que a ellas no se les puede ver el rostro por la gravedad de las quemaduras.
Relata que hace tres meses llegó al Hogar Seguro pero no pudo reunirse con su hija. Las autoridades le explicaron que no era posible por falta de orden judicial. En otras ocasiones Melanie le habló de los abusos que se cometían en el lugar.
Asegura que a la joven de 15 años la enviaron a ese lugar desde otro hogar ubicado en Quetzaltenango. El traslado fue porque la señala de haberle quitado la vida a un gato, extremo que la madre niega.
Con una mochila al hombro, donde lleva documentos del proceso que ha seguido con su hija y pocas pertenencias, Olivia sigue sin consuelo y sin Melanie.
Mientras pedía ayuda, en un salón a pocos metros de ella el presidente Jimmy Morales rechazaba los señalamientos de que la tragedia sea un crimen de Estado.