Según el estudio, un gran número de estos fallecimientos (85.5 % para Berlín y 84.6 % para Londres) serían provocados por las fuertes ráfagas de viento que produciría la entrada en la atmósfera del asteroide, no importando que este se desintegrara en la atmósfera.
Estos cálculos están basados en torno al impacto de dos hipotéticos objetos de 50 y 200 metros, a una velocidad de 20 kilómetros por segundo y en un ángulo de 45 grados.