Horas antes de que entrara en vigor, el nuevo decreto migratorio del presidente Donald Trump fue suspendido por el juez Derrick Watson, algo que no agradó al mandatario, quien prometió una batalla judicial.
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El magistrado indicó que el bloqueo, valido ya en todo el país, evitaría "daños irreparables" y descartó que una apelación de emergencia pueda revertir su decisión.
"Este fallo nos hace ver débiles", dijo Trump en un acto político en Nashville, Tennessee.
"Vamos a pelear este fallo terrible, vamos a llevar este caso tan lejos sea posible, incluyendo todo el camino hasta la Corte Suprema. Vamos a ganar".
El nuevo decreto (firmado por el presidente lejos de las cámaras de televisión hace ocho días) entraba en vigor al primer minuto del jueves. Cerraba las fronteras a los refugiados por 120 días y congelaba la entrega de visas a ciudadanos de Irán, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen por 90 días.
Irak, que había sido incluido en la lista del primer decreto, fue excluido de la versión revisada.
Trump había afirmado que la nueva orden migratoria corrige aspectos poco claros de la primera versión y que, por lo tanto confiaba, que sería prácticamente imposible que una corte lo suspendiera.
De acuerdo con la mecánica judicial estadounidense, un juez federal puede suspender parcial o completamente la aplicación de un decreto, en una decisión que tiene alcance nacional.
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"El peligro es claro"
Trump firmó un decreto similar el 27 de enero, apenas una semana después de su investidura, pero fue bloqueada por el juez James Robart, de Seattle, ante quien una vez los estados de Washington, California, Massachusetts, Oregon, Maryland y Nueva York sometieron el caso el lunes.
Debido a que inició los procedimientos para bloquear el primer decreto migratorio de Trump, el magistrado Robart ha sido objeto de la ira del presidente, quien en la red social Twitter se refirió a él como "dizque juez".
La decisión de Robart fue luego ratificada por una corte de apelaciones.
Aquella primera prohibición generó una monumental confusión en aeropuertos de todo el país y llevó a miles de personas a protestar en las calles.
El gobierno ha explicado que la decisión de restringir el acceso de ciertos extranjeros se apoya en las atribuciones presidenciales y ha reiterado que no se trata de un bloqueo con motivación religiosa.