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Londres trata de retener a Escocia en la semana del adiós a la UE

El Parlamento escocés solicitará el martes oficialmente un nuevo referéndum de independencia, abriendo un frente al Gobierno británico, que un día después notificará oficialmente su adiós a la Unión Europea después de 44 años.

La primera ministra británica, Theresa May, viajará a Escocia este lunes para reunirse con la jefa del Gobierno regional escocés, Nicola Sturgeon, en un último intento por evitar el referéndum o aplazarlo hasta después de la conclusión de las negociaciones de ruptura con la Unión Europea.

Sturgeon ya ha advertido de que sería "un ultraje democrático" que May no permitiera el nuevo plebiscito, tras el de 2014 en el que se impuso la permanencia en Reino Unido.

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Simultáneamente, May reiterará que no permitirá que "la Unión se debilite".

El descontento no es patrimonio escocés: la ruptura con la UE ha echado aceite al fuego en Irlanda del Norte, donde el gran partido republicano Sinn Féin dio por rotas el domingo las negociaciones con los unionistas para la formación de un Gobierno de coalición (impuesto por los acuerdos de paz).

De este modo, se acerca la posibilidad de que Londres suspenda la autonomía y gobierne directamente la región, creando otra distracción.

Ruptura "clara y neta" con Europa

El miércoles se producirá el momento tan temido por unos y anhelado por otros: May enviará una carta al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en la que invocará el Artículo 50 del Tratado de Lisboa, puerta formal de salida de la UE.

Salvo sorpresa mayúscula, no habrá ya marcha atrás y los británicos abandonarán la UE tras más de cuatro décadas de desacuerdos, si bien el redactor del Artículo 50, el diplomático británico John Kerr, sostiene que la activación es reversible.

Se espera que Londres adelante en su misiva los objetivos de las negociaciones, que ese mismo día, May explicará al Parlamento británico.

La primera ministra ya adelantó que quiere una ruptura "clara y neta" con la UE, para tener las manos libres y limitar la llegada de inmigrantes europeos.

Según ella, ese fue el mensaje que los británicos transmitieron el 23 de junio de 2016, cuando votaron a favor de la salida de la UE en una proporción del 52% al 48%.

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Si Londres optara a permanecer en el mercado único, Bruselas le impondría la entrada ilimitada de inmigrantes europeos en observación de su principio de libre circulación de mercancías, servicios, capitales y personas.

 

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