La leyenda del futbol argentino, Mario Kempes "el Matador", tuvo un emotivo encuentro con el padre de Everton Kempes del Chapecoense, el resultado fue una conmovedora historia.
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Amaro Gonçalves esperaba ansioso en la mesa de un restaurante, su nerviosismo no era para menos, conocería a su ídolo y la razón por la que tres de sus hijos se llaman Kempes. Al verlo se fundió en un abrazo con su ídolo y le dijo: "Este abrazo es del 78" (año en que Argentina fue campeón del Mundo).
"Hubo dos grandes selecciones de Brasil, la del 70 y la del 82, ¿por qué Kempes?, preguntó el exjugador a Gonçalves, a lo que éste contestó: "Porque el jugador argentino tiene mucha garra y mi primer hijo fue del 78, me dije que si ganaban la Copa lo llamaría así", respondió, en una producción realizada por "ESPN".
Mario Kempes escuchó a detalle cada una de las palabras del anciano, que derramaba sus lágrimas mientras contaba las hazañas de su hijo y de cómo fue el momento en el que recibió la noticia de su muerte.
"Nos estábamos preparando para ver el partido cuando nos dicen del accidente, se nos cayó el mundo, cuenta Amaro, mientras se limpia las lágrimas e intenta pasar el trago amargo que aún tiene en su garganta
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"Pero se que está con Dios, fue un buen padre, un buen marido. Aquel día en la Arena Condá, no asistí al partido, ya que asistimos a su despedida", cuenta el anciano, para entonces sus lágrimas caían con más frecuencia.
Mario Kempes le recuerda que la única camiseta del equipo que se encontró tras el accidente fue la de él, y le pregunta a Gonçalves si él la tiene, pero él le contesta que no.
"Nos consultaron y les indicamos que las mejores personas para que se quedaran con ella eran sus hijos, porque un hijo de él se llama Kempes también", dice Amaro.
Mario Kempes conoce al padre de Everton Kempes del Chapecoense. Foto: Youtube
Al final, "el Matador" le entregó al padre de Everton Kempes, la camiseta del 78. "Le voy a entregar una camiseta con la que jugué en el 78, para que la tenga o se la de a su nieto", le dice el argentino.
"Su frase era 'No dejes que el sueño muera"", explica Gonçalves, mientras agradece a Mario Kempes, el preciado obsequio.