Aunque en principio parecía una idea sacada de una película de ciencia ficción, está a punto de convertirse en una realidad.
El primer trasplante de cabeza en humanos se realizará este año y podría provocar una verdadera revolución en el campo de la medicina. El encargado de liderar al equipo de 150 médicos que participarán en el procedimiento es el cirujano italiano Sergio Canavero, ex neurocirujano del hospital Molinette, en Turín, y hoy profesor honoris causa en la Universidad Harbin de Medicina en China.
Canavero asegura que lleva 30 años trabajando en el proyecto, el cual, aunque para muchos es imposible, para él es viable.
Según ABC, el doctor está convencido de que podrá realizar la operación en diciembre de este año. Esta se llevaría a cabo en China, porque cuenta con más facilidades y un menor coste (15 millones de dólares, mientras que en Estados Unidos o Europa costaría cerca de 100 millones).
El paciente en cuestión será el ruso Valery Spiridonov, de 31 años, quien padece una enfermedad degenerativa que debilita progresivamente los músculos.
Valery Spiridonov. Foto: AFP
El cuerpo debe venir de un donante con muerte cerebral, y para el procedimiento (que tardaría unas 36 horas en total) los médicos deben mantener el suministro de sangre alrededor del cuerpo del donante y de la cabeza del receptor.
Además, Spiridonov debe ser inducido a un coma por un periodo de dos a tres semanas, mientras que los nervios de la medula espinal son estimulados con electricidad para que funcionen de nuevo.
Foto: Captura de pantalla de YouTube / Sky News
Operación revolucionaria, pero… ¿poco ética?
Pese a las dudas y críticas que rodean el arriesgado procedimiento, Canavero ni siquiera se plantea un problema ético, explica ABC.
El doctor se ampara en que el objetivo de la intervención es salvar a personas con enfermedades degenerativas.
En Italia, Canavero ha sido apodado, incluso, como el "doctor Frankenstein", pero esto, lejos de molestarlo, lo halaga.
Los riesgos de la cirugía son innumerables, pero lo que más preocupa a los expertos es el hecho de que una médula espinal jamás ha sido reconectada con éxito, un procedimiento que para muchos es imposible de realizar.