Las falsas noticias, como la de los perros "pagados" para manifestarse contra el Gobierno o la de que el millonario estadounidense George Soros financió un trágico incendio, prosperan en Rumanía y alientan los discursos euroescépticos.
El intento del gobierno de izquierdas a finales de enero de suavizar las leyes anticorrupción suscitó una oleada de protestas en el país, pero también tuvo como consecuencia que las cadenas de televisión superaran todos los límites de la imaginación.
En diciembre, dos días antes de las legislativas, la cadena Romania TV no dudó en afirmar que Soros, enemigo jurado de los populistas, había "financiado" el dramático incendio en una discoteca en Bucarest a finales de 2015 donde murieron 64 personas.
El incendio fue totalmente real y desencadenó la caída del gobierno socialdemócrata. La investigación del caso demostró que la causa del siniestro fue que no se respetaron las normas de seguridad.
En un país de 20 millones de habitantes donde cinco cadenas de información, entre ellas Romania TV, se reparten el pastel televisivo, una parte de la competencia no tardó en apuntarse a la moda de las 'fake news'.
Durante las manifestaciones, en las que participaron hasta 500.000 personas de forma pacífica en todo el país, algunos reportajes hablaron de "guerra en las calles" e incluso de "golpe de Estado".
La palma se la llevó sin embargo Romania TV, que aseguró que varios manifestantes habían sido pagados para protestar. "Los adultos recibieron 100 lei (22 euros), los niños 50 lei y los perros 30 lei", afirmó la cadena.
– Pérdida de anunciantes –
En esta joven democracia, aún traumatizada por época comunista, las reacciones no tardaron en llegar.
El Consejo Nacional del Audiovisual (CNA) registró 2.163 demandas en enero y febrero, "es decir casi 10 veces más que durante el mismo periodo de 2016", según una de sus miembros, Dorina Rusu.
Romania TV tuvo que pagar una multa de 6.600 euros por sus afirmaciones sobre Soros y otra de 11.000 euros por las "falsas informaciones" sobre las retribuciones a los manifestantes.
La asociación de defensa de la libertad de prensa ActiveWatch y Art Directors Club, que reúne a los profesionales de la publicidad rumanos, también denunció "excesos" sin precedentes.
Consecuencia de ello, las dos principales cadenas de noticias que difundieron más información sesgada, Romania TV y Antena 3, perdieron dos tercios de sus anunciantes a principios de febrero, según el sitio especializado IQads.
– "Propaganda rusa" –
Como en otros países, se sospecha que Rusia también contribuye a la proliferación de estas informaciones.
Recientemente se multiplicaron las falsas noticias sobre las relaciones del país con la Unión Europea y la OTAN.
Por ejemplo, en una de ellas se presentaba a Rumanía como una "contribuidora neta" al bloque europeo, cuando, en realidad, el país se ha beneficiado de 26.000 millones de euros de los fondos de cohesión desde que ingresó en la UE en 2007.
Otra 'fake news' que se propagó era que "70% de las tierras agrícolas del país" están en manos de inversores extranjeros.
Corina Rebegea, del Centro de Análisis de Política Europea (CEPA), con base en Estados Unidos, no duda en pensar que la "propaganda rusa" está detrás de este fenómeno.
"El objetivo es debilitar la confianza en la UE y en la OTAN para que Rumanía sea más vulnerable en el plano internacional", estima.
Aunque el índice de confianza de los rumanos en la UE es uno de los más elevados (50%, contra una media europea de 35%), las dudas suscitadas por algunos medios han hecho que los discursos nacionalistas, hasta ahora marginales, vayan en aumento.
Los discursos euroescépticos se han multiplicado desde el pasado verano cuando el dueño de Romania TV, el exdiputado socialdemócrata Sebastian Ghita, se unió a un pequeño partido nacionalista, y su cadena empezó a invitar a políticos de tendencias parecidas.
Para Corneliu Bjola, profesor en la Universidad de Oxford, "la propaganda rusa irá ganando terreno en los próximos años, ya que Rumanía es vista como un punto débil del proyecto europeo a causa de sus tensiones internas".
Por Mihaela RODINA