Sonriente y callado. Así estuvo el exgobernador de Veracruz Javier Duarte durante una audiencia en el Tribunal Quinto Penal que ordenó la prisión preventiva hasta que las autoridades mexicanas remitan un pedido de extradición por los señalamientos de corrupción y delincuencia organizada durante su gestión de 2010 hasta 2016.
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Los jueces Adán García, Bélgica Déras y Sonia Villatoro le preguntaron al expolítico mexicano si deseaba ser enviado a México de forma voluntaria y respondió: “Hasta que llegue la extradición voy a decidir”. Entonces fue enviado a la cárcel militar Matamoros. Duarte fue detenido el sábado en el Hotel La Riviera de Atitlán.
El fiscal José Galdámez argumentó que los indicios para avalar la extradición. Recordó que Duarte compró con prestanombres lujosos apartamentos, viviendas y fincas. Así como un yate y transferencias por más de US$4 millones.
Decenas de periodistas siguieron la audiencia que duró más de tres horas. Duarte fue defendido por dos abogados guatemaltecos y el mexicano Pablo Camposano.
Duarte sonrió durante un receso cuando sus abogados le explicaron el proceso de extradición.