Al menos 36 personas murieron después de que un hombre armado irrumpió en un casino de Manila y provocó un incendio, un acto que fue reivindicado por el grupo EI, aunque las autoridades descartaron que se trate de "terrorismo".
La presencia de un hombre armado en el Resorts World Manila, ubicado frente al aeropuerto internacional, provocó pánico entre los presentes.
Las autoridades habían informado que un hombre, que al parecer actuaba solo, caminó hacia una de las zonas del casino y disparó con un rifle hacia una pantalla de televisión, roció luego con gasolina la mesa de apuestas y le prendió fuego.
Además informaron que el hombre disparó nuevamente hacia donde se guardan las fichas y llenó una mochila con fichas. Según la policía, el sospechosos habría logrado hacerse con el equivalente a 113 millones de pesos filipinos (2,3 millones de dólares).
"La cantidad de víctimas que murieron por asfixia subió a 36", dijo a la prensa el jefe de la policía de Manila, Oscar Albayalde.
Después de hacerse con las fichas, el hombre dejó el lugar y subió hacia la sección del hotel, indicó el comandante nacional de la policía, Ronald dela Rosa.
"El único asaltante ya fue neutralizado. Está muerto. Se quemó a si mismo dentro de la habitación del hotel", informó a la prensa dela Rosa.
"Se acostó en la cama, se cubrió con una manta muy gruesa, aparentemente rociada con petróleo y se quemó a si mismo", agregó, sin explicar la primera versión.
Albayalde dijo que el agresor probablemente era un extranjero.
"Parece caucásico, habla inglés, es alto y blanco, por lo que probablemente es extranjero", dijo a la prensa el jefe de policía de Manila
La acción fue reivindicada por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), pero según las autoridades se trata de un robo frustrado.
"Por ahora, lo que podemos decir es que no es un acto de terrorismo. No hay elementos de violencia, amenazas o intimidación que indiquen que sea terrorismo", explicó el comandante de la policía.
El portavoz de la presidencia, Ernesto Abella, también indicó que la situación "no está relacionada de ninguna manera con un ataque terrorista".
Después de que se difundieran las primeras informaciones que hablaban de un hombre armado en el lugar, el EI aseguró en su comunicado que los autores del ataque eran "soldados" del grupo, según SITE, un sitio web que vigila la actividad de los grupos yihadistas.
El presidente estadounidense Donald Trump manifestó en Washington su tristeza y sus condolencias por las víctimas de lo que calificó de ataque "terrorista".
"Es verdaderamente muy triste lo que está pasando en todo el mundo con el terrorismo. Nuestros pensamientos y oraciones están con los afectados", lamentó Trump en la Casa Blanca, antes de anunciar la salida de Estados Unidos del acuerdo de París sobre el clima.
'Aterrorizados'
Los testimonios incluso hacían referencia al grupo yihadista.
"Estaba por regresar al segundo piso cuando vi gente corriendo. Algunos huéspedes del hotel dijeron que alguien había gritado 'ISIS' (Estado Islámico)", dijo a la radio DZMM Maricel Navarro, una empleada del complejo.
"Los huéspedes gritaban. Nos fuimos al sótano y nos escondimos. La gente gritaba, los clientes y los empleados estaban aterrorizados", dijo Navarro.
"Cuando sentimos humo decidimos ir hacia la salida, en el estacionamiento. Desde ahí pudimos salir. Pero antes de salir escuchamos dos disparos y había mucho humo en la planta baja", agregó.
Sin embargo, el jefe de la policía, Oscar Albayalde, insistió en que se trata de un caso de delincuencia.
"Es simplemente un robo y lo más probable es que lo haya perpetrado un demente", dijo a la prensa apostada fuera del casino.
El presidente filipino, Rodrigo Duterte, decretó la semana pasada la ley marcial para la región meridional de Mindanao para enfrentar a los combatientes que declararon afinidad a la organización yihadista Estado Islámico y se enfrentan a las fuerzas de seguridad en Marawi.
En esta región, que se extiende sobre un tercio del territorio filipino, vive el 20% de los más de cien millones de habitantes del archipiélago.
Las fuerzas de seguridad continúan combatiendo en Marawi. Los enfrentamientos dejaron al menos 171 muertos.
Duterte advirtió la semana pasada que podría decretar la ley marcial en todo el territorio filipino si la amenaza yihadista se ampliaba.