El torero español Iván Fandiño murió el pasado 17 de junio en el hospital de Mont-de-Marsan, en el sudoeste de Francia, al cual había ingresado tras sufrir una grave cornada durante una corrida de toros en la localidad de Aire-sur-l'Adour.
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Después de haber sido tratado en el bloque quirúrgico de la plaza de toros, Fandiño sufrió dos paradas cardíacas en la ambulancia y fue declarado muerto a su llegada al hospital, informaron fuentes médicas citadas por AFP.
Las angustiosas últimas palabras del famoso torero trascendieron en medios internacionales días después de su fallecimiento.
"Que se den prisa en llevarme al hospital, me estoy muriendo".
Foto: AFP
El diestro de 36 años resultó herido mientras le hacía un quite a uno de los toros de su compatriota, Juan del Álamo. Al querer ejecutar un pase, sus pies se enredaron en su capote, tropezó y cayó al suelo, donde sufrió una cornada que le perforó un pulmón.
Antes, en su primera actuación de la tarde, había cortado una oreja.
Originario de Orduna, cerca de Bilbao, había sido invitado a las corridas de las fiestas de Aire-sur-l'Adour para lidiar toros de la ganadería española Baltasar Ibán.
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Aunque en España se celebran cerca de 2 mil corridas anuales, las actividades de este tipo generan cada vez más rechazo, sobre todo por parte de las asociaciones defensoras de los animales.
Lamentan su muerte
Profesionales de los toros y miembros de la realeza y la política española se unieron el fin de semana para lamentar la muerte de Fandiño.
Su deceso copó las portadas de muchos periódicos en España, donde la tradición de los toros es patrimonio cultural declarado por el Estado.
La Casa Real y el jefe del gobierno español, Mariano Rajoy, manifestaron su pesar y publicaron mensajes de condolencia en Twitter.
Los colegas de Fandiño también mostraron su tristeza. Enrique Ponce y Alejandro Talavante, afamados toreros, también lamentaron la noticia en las redes sociales.