Liu Xiaobo estaba hospitalizado desde mayo debido a un cáncer de hígado. La oficina judicial de la ciudad nororiental Shenyang dijo que falleció debido a atrofia múltiple del organismo.
Activistas y gobiernos extranjeros habían exhortado a China que le permitieran salir del país para recibir tratamiento médico, pero las autoridades insistían en que ya estaba siendo tratado.
"Lo que me exigí fue lo siguiente: si como persona o como escritor llevaría una vida de honestidad, responsabilidad y dignidad", escribió en un texto titulado "No tengo enemigos: mi declaración final". Liu esperaba leerlo en la corte al recibir su sentencia, pero no le fue permitido y fue condenado a 11 años de cárcel.
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Se volvió una personalidad prominente luego de las manifestaciones por la democracia en la Plaza Tienanmen, que consideró un "gran punto de inflexión" en su vida. Era profesor visitante en la Universidad de Columbia en Nueva York, pero regresó a China en mayo de 1989 para sumarse al movimiento que se extendía por el país y que el Partido Comunista consideraba un peligro grave para su régimen.
Cuando el gobierno envió soldados y tanques a aplastar el movimiento la noche del 3 al 4 de junio, Liu convenció a varios estudiantes para que abandonaran la plaza en lugar de enfrentar al ejército. La represión militar dejó cientos de muertos.
Decenas de chinos, entre ellos Liu, fueron encarcelados por participar en las manifestaciones. Fue la primera de sus cuatro condenas debido a su ideología.
La última condena fue por escribir la llamada "Carta 08", un documento que pedía mayor libertad de expresión, derechos humanos y un poder judicial independiente. Aunque Liu no inició el movimiento, fue uno de sus promotores y ya era conocido por las autoridades.
En 2010, cuando purgaba su condena en una cárcel en el noreste de China, se le otorgó el premio Nobel de la Paz "por su lucha larga y no violenta por los derechos humanos fundamentales en China", según el comité con sede en Noruega.
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Enfurecido, el gobierno chino tachó el premio de "farsa política". Sometió a su esposa, la artista y poeta Liu Xia, a arresto domiciliario a pesar de no haber sido condenada por crimen alguno. Beijing incluso tomó represalias contra Noruega, a pesar de que su gobierno no tiene voz en las decisiones de la comisión, y suspendió un acuerdo comercial bilateral.
Ambos países reanudaron relaciones este año.