Al menos 547 niños del famoso coro católico de Ratisbona fueron víctimas de abusos, incluyendo violaciones, según un informe publicado este martes.
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Se trata de uno de los peores escándalos de este tipo en Alemania y estalló por primera vez en el año 2010.
Ulrich Weber, abogado al que la Iglesia colocó al frente del caso, indicó que, de esos 547 niños y jóvenes adolescentes, unos 500 sufrieron maltrato físico y al menos 67 fueron víctimas de agresiones sexuales, incluyendo violaciones.
El abogado advirtió también que el número total de víctimas podría ser mucho mayor (superando incluso los 700 casos). Hasta febrero de 2015, las autoridades católicas solo habían reconocido 72 casos.
Además, el balance presentado este martes es ampliamente superior a las cifras publicadas en enero de 2016, cuando un informe intermedio habló de 231 víctimas.
Algunos de los niños y adolescentes describieron su paso por el coro Regensburger Domspatzen (los gorriones de la catedral de Ratisbona) como "una prisión", "un infierno" y hasta como "un campo de concentración".
Foto: AFP
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Los hechos se refieren a delitos y crímenes que van desde la privación de alimentación, golpes, agresiones sexuales y violaciones.
El obispado de Ratisbona, quien desde la revelación del escándalo revisó y adaptó la pedagogía en el seno del coro, emitió un comunicado afirmando que había "aprendido mucho" de sus errores en el pasado.
La mayoría de los casos prescribieron, por lo que los 49 presuntos señalados en el informe no serían juzgados. No obstante, cada una de las víctimas deberá recibir cerca de 20 mil euros de indemnización.
El hermano de Benedicto XVI, bajo la lupa
Parte de esos maltratos habrían tenido lugar entre los 1964 y 1994, cuando monseñor Georg Ratzinger, hermano del papa emérito Benedicto XVI, era el encargado de dirigir el coro.
Ratzinger, quien actualmente tiene 93 años, aseguró que nunca tuvo conocimiento de abusos sexuales en el seno de la institución.
Foto: AFP
Weber, por otro lado, afirma que el obispo estaba al corriente de la situación y habría "mirado hacia otro lado", ya que en esos años reinaba una "cultura del silencio" dentro de la Iglesia, donde parecía dársele más importancia a la reputación del coro que al bienestar de los niños.
De acuerdo con el informe del abogado, las víctimas fueron ignoradas y algunos de los responsables fueron, incluso, protegidos.
Este escándalo es uno de los tantos que ha sacudido a la Iglesia Católica en los últimos años. Tanto Benedicto XVI como su sucesor, el papa Francisco, han pedido perdón por los casos de pederastia en el seno del clero.
