Atacada por el ala derecha de su propia familia política, la canciller Angela Merkel se reunió en Berlín con los principales dirigentes de su partido, la conservadora Unión Demócrata Cristiana (CDU). Hacia el mediodía del domingo (hora local), amplió el encuentro para incorporar a sus aliados bávaros de la Unión Social Cristiana (CSU), liderados por Horst Seehofer.
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El encuentro tiene por objetivo poner fin a las disensiones entre las dos formaciones, en particular sobre la generosa política migratoria de Merkel, y hallar un acuerdo en un programa común para los próximos 4 años.
Foto: AFP
La tarea se anuncia complicada y es poco probable que alcancen un pacto el domingo.
La CSU, que representa al ala más conservadora de esta familia política, respaldada por el ala derecha de la CDU, responsabilizan a la canciller y a su política centrista por el resultado decepcionante en las legislativas: una victoria pero con el peor resultado desde 1949 (32.9 %) en unos comicios marcados por la entrada espectacular al Bundestag de la formación de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD).
Merkel, debilitada en los albores de su cuarto mandato, se ve obligada a intentar formar una coalición mayoritaria contra natura en el papel, con los liberales y los ecologistas, dos formaciones que todo o casi todo separa.
