“Mañana (martes) voy a firmar una propuesta para acabar con el llamado 'Clean Power Plan' ('Plan de Energía Limpia') de la administración pasada”, dijo el jefe de la Agencia de Protección Ambiental (EPA), Scott Pruitt, durante un discurso en un evento político en el estado de Kentucky.
El “Clean Power Plan” buscó, por primera vez, disminuir en Estados Unidos las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de las centrales eléctricas, con reducciones previstas de 32 % para 2030 con relación a 2005.
Si el plan hubiera entrado en vigor, habría provocado el cierre de muchas de las centrales de carbón más antiguas y más contaminantes. Sin embargo, está bloqueado por la justicia, a petición de una treintena de estados, en su mayoría republicanos.
El presidente Donald Trump firmó en marzo un decreto sobre la “independencia energética”, que ordenaba revisar el plan de Barack Obama sobre el clima.
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El mandatario, quien ha cuestionado repetidamente que exista un calentamiento global y que las actividades humanas impacten negativamente en el planeta, prometió revivir la industria del carbón para dar trabajo a los mineros.
Trump también anunció a principios de junio su intención de abandonar el Acuerdo de París sobre el clima, firmado en diciembre de 2015 por 195 países, para limitar el aumento del calentamiento global.
Activistas disfrazados como moléculas de CO2 durante una manifestación en Berlín. Foto: AFP
Según la Union of Concerned Scientists (UCS), una ONG que hace una revisión crítica de las políticas gubernamentales en temas de ciencia y tecnología, antes del “Clean Power Plan”, “a las plantas de energía se les permitía verter cantidades ilimitadas de contaminación de CO2 a la atmósfera”.
Estados Unidos es el segundo mayor emisor de gases de efecto invernadero después de China.