El expresidente Otto Pérez Molina ha permanecido en silencio durante tres meses en la audiencia de apertura a juicio en el caso de defraudación aduanera denominado La Línea. Ese tiempo llega a su fin cuando el juez Miguel Gálvez le otorgue la palabra.
El turno para “el dueño de la finca”, como se escuchó en las intervenciones telefónicas de los integrantes de la estructura que fueron reproducidas en el Juzgado de Mayor Riesgo B, ha llegado.
La audiencia se prevé para el 16 de octubre de 2017, tres meses y tres días después que inició la discusión en esta etapa del caso, cuando los 30 sindicados, entre ellos la que fue su vicegobernante Roxana Baldetti, saben si enfrentarán un debate.
“Mi intervención será breve y concreta”, mencionó la semana pasada César Calderon, uno de los tres abogados acreditados para defender al general retirado, que renunció a la presidencia el 3 de septiembre de 2015, dos días después que el Congreso le retiró la inmunidad por ser señalado como el cabecilla de la estructura.
Pérez Molina intervendrá ante el juez amparándose en la defensa material (exponer el mismo) como lo han hecho todos los 29 sindicados. Baldetti, por ejemplo, hasta usó una biblia para argumentar.
Se espera que Pérez Molina exponga por los nombramientos y el trabajo que hizo en la presidencia.
Después de será el turno para la defensa técnica, la que expondrá el abogado Calderon.
Lo que sigue
Quedará a criterio del juez Gálvez si les otorga la palabra a todos los abogados, los querellantes por las acciones incidentales que están pendiente de resolverse, como el pedido de libertad que hizo Pérez Molina al comienzo de esta etapa con el argumento de problemas de su salud.
Si es así la resolución se retrasará “unos días” más. Luego el juez Gálvez se podría tomar hasta cinco días para “analizar” los argumentos de la parte acusadora y los defensores. Después citar a los implicados y leer si es viable que enfrenten un debate.