Además de ser imputado por "conspiración contra Estados Unidos" y tentativa de lavado de dinero, Paul Manafort también fue inculpado por ofrecer falso testimonio sobre su papel como agente extranjero y no presentar las debidas declaraciones sobre cuentas bancarias en el exterior y registros financieros.
El ex jefe de la campaña electoral de Donald Trump acudió a una oficina del FBI en compañía de un hombre que no fue identificado, acatando una orden de entregarse.
La prensa local estadounidense señaló que un socio de Manafort, Rick Gate, también fue imputado formalmente en las investigaciones que conduce el fiscal especial Robert Mueller.
Las pesquisas tienen por objetivo determinar si hubo si Rusia interfirió en las elecciones del año pasado a favor del ahora presidente Trump.
Esta investigación, que se transformó en el mayor dolor de cabeza para la Casa Blanca, se concentra en los contactos entre dirigentes de la campaña de Trump y funcionarios rusos durante la campaña.
El viernes, la cadena de televisión CNN informó que un gran jurado federal aprobó las primeras imputaciones en este caso, abriendo una intensa oleada de rumores sobre inminentes arrestos.
Durante el fin de semana, el presidente Trump recurrió a Twitter para atacar a las investigaciones.
"Todas estas conversaciones sobre 'Rusia' justo cuando los republicanos impulsan una histórica reforma y reducción de impuestos. ¿Es una coincidencia? ¡NO!", escribió en uno de sus mensajes.
De acuerdo con Trump, "no existe" colusión. "Los demócratas están utilizando esta terrible cacería de brujas para hacer política".