El 14 de septiembre de 2001, tres días después de los atentados en Nueva York y Washington, el Congreso aprobó la llamada "Autorización para el Uso de la Fuerza Militar" (AUMF, por su sigla en inglés).
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Desde entonces, tres presidentes sucesivos se basaron en esa disposición para lanzar operaciones contra grupos islamistas en zonas remotas en todo el planeta.
Los críticos han alegado que los presidentes George W. Bush, Barack Obama y ahora Donald Trump han excedido los términos de la autorización inicialmente concebida para combatir a la organización de Osama bin Laden.
Más recientemente, después de que cuatro soldados estadounidenses murieran la semana pasada durante una emboscada en Níger, muchos norteamericanos se sorprendieron de que el Pentágono desplegara centenares de militares en África occidental.
Algunos legisladores están presionando a sus colegas para que reafirmen, a pesar de la resistencia de la Casa Blanca, el derecho constitucional del Congreso de decidir cuándo y dónde puede Estados Unidos declarar la guerra.
El secretario de Defensa estadounidense, Jim Mattis, y el de Estado, Rex Tillerson, deben testificar ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado sobre la necesidad de la autorización del Congreso o en su caso de actualizar la AUMF.
"Dado que enfrentamos una amplia serie de amenazas externas, tal vez sea más importante que nunca que tengamos un diálogo nacional sereno sobre el papel constitucional del Congreso en la autorización del uso de la fuerza militar", dijo el presidente de la Comisión, el senador Bob Corker.
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"Queremos una audiencia con el secretario Tillerson y el secretario Mattis y apreciamos su voluntad de comparecer en nuestra comisión".
En agosto, ambos declararon a puertas cerradas sobre el mismo tema y luego el senador republicano Corker declaró que estuvieron "abiertos" a la idea de volver sobre el asunto.
"La administración no está buscando" una nueva AUMF, declaró Corker a los medios tras la audiencia de agosto, pero "no se opondrían a una con una redacción apropiada".
Desde entonces, Corker se peló con Trump, se convirtió en crítico abierto del presidente y pide mayor control de las operaciones estadounidenses en Africa, Medio Oriente y Asia.
En septiembre el senador republicano Rand Paul intentó hacer aprobar una enmienda a una ley de financiamiento que hubiera revocado la AUMF.