Estados Unidos continúa de luto tras la matanza perpetrada el domingo en el interior de una pequeña iglesia en Texas.
La balacera dejó al menos 26 personas fallecidas, entre ellas ocho miembros de una misma familia, cuya trágica historia ha conmovido a todo el país.
John Holcombe, su esposa Crystal (embarazada de cuatro meses), sus cuatro hijastros (de 6, 8, 11 y 13 años), sus dos padres, su hermano y su cuñada, asistieron el domingo a la pequeña iglesia situada en Sutherland Springs, una localidad rural de unos 400 habitantes. De estas diez personas, solo John y la menor de los pequeños lograron sobrevivir. El resto de la familia murió a manos de Devin Patrick Kelley, señalado como el autor de la masacre.
El hijo mayor de la familia, quien estaba enfermo y ese día se había quedado en casa, también evitó el tiroteo, señala el canal de televisión KSAT.
“El atacante simplemente caminó por el pasillo central, se dio vuelta y entiendo que iba disparando mientras iba de salida”, dijo el jefe de policía del condado de Wilson, Joe D. Tackitt Jr., citado por AP.
Los investigadores han concluido que el tiroteo no tuvo motivos religiosos ni raciales. Además, las autoridades creen que Kelley chocó su vehículo al verse perseguido por civiles armados y se suicidó de un disparo.
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Otras 20 personas resultaron heridas, de las cuales 10 seguían hospitalizadas en condición crítica.
Tras la tragedia, se abrió una página en GoFundMe para apoyar a los sobrevivientes de la familia Holcombe, cuya meta estaba establecida en 70 mil dólares. Hacia el mediodía del martes, lo recaudado ya había superado los 200 mil dólares.
“Amigos, por favor oren por John, su familia y su iglesia. Por favor, tomen en cuenta que las donaciones servirán para cubrir los gastos del funeral y los entierros de estas personas. Quizá, en una pequeña cuota, podamos sanar un poco el inmerecido dolor de John”, se puede leer en la petición.