Los enfrentamientos entre los separatistas prorrusos y las tropas ucranianas se han acercado a depósitos de agua, electricidad y gas, amenazando los suministros en la región de Donetsk a pocas semanas de que comience el invierno boreal.
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Dos depuradoras de agua situadas a ambos lados de la primera línea que divide el este de Ucrania han sido atacadas en los últimos días.
"La ONU está extremadamente preocupada ante la posible liberación de gas cloro almacenado en ambas depuradoras. Si un solo contenedor de 900 kilogramos es alcanzado, cualquier persona situada a 200 metros puede recibir una dosis fatal de este gas venenoso", subrayó la organización internacional en un comunicado.
Por otro lado, cerca de 1.1 millones de ucranianos pueden quedarse sin agua potable como consecuencia de los combates, señaló.
Más de 10 mil personas han muerto desde que estalló la guerra en el este de Ucrania en abril de 2014.
Ucrania y sus aliados occidentales acusan a Rusia de apoyar financiera y económicamente a los rebeldes, algo que Moscú rechaza.