El inmenso agujero azul que se encuentra en el corazón de la Gran Barrera de Coral, en las costas de Australia, siempre ha sido un tema de interés para los científicos, pero hasta ahora nadie había podido descender hacia su interior.
Una de las principales razones era su remota ubicación, que requiere unas 10 horas de navegación (desde el puerto más cercano) para llegar hasta él.
Pero los investigadores han echado, finalmente, luz al misterio. A través de un mensaje publicado en su cuenta de Instagram, el oceanólogo Johnny Gaskel anunció que hacia finales de octubre, un grupo de expertos logró penetrar en el interior del inmenso embudo kárstico, situado en el área de la isla Daydream, en la costa nororiental australiana.
Según Gaskel, los submarinistas descendieron a una profundidad de 20 metros y descubrieron que el interior del agujero está lleno de organismos vivos.
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De acuerdo con el sitio RT, la preocupación del científico por la fauna del agujero azul responde a la muerte masiva de algas “zooxanthellae', que podría afectar la Gran Barrera de Coral.
En su publicación, además, el oceanólogo explicó que el agujero australiano podría ser mucho más antiguo que el “Gran Agujero Azul”, una formación similar ubicada en las costas de Belice.