Tras dictarse ayer una sentencia condenatoria a 36 años de cárcel contra Banny Zambrano Llamas por haber asesinado a su esposa Mitzie Alejandra Sánchez Makepeace en 2014, hoy en el programa A Primera Hora, de Emisoras Unidas, se dialogó acerca de la violencia contra las mujeres, el femicidio y este caso en específico.
Como invitados en cabina participaron Erick Quintanilla, jefe de Fiscalía de Delitos Contra la Vida; Marta Godínez, de la Coordinadora 25 de noviembre; Sonia Acabal, de la Red de la No Violencia contra Mujeres; y Rodolfo Díaz, abogado de la Fundación Sobrevivientes que tuvo a su cargo el caso de Mitzie.
Asimismo, por la vía telefónica se conversó con el obispo de Huehuetenango, Álvaro Ramazzini.
El crimen
El 2 de julio 2014, Mitzie, quien tenía 24 años de edad, salió de su vivienda, ubicada en la zona 6, en compañía de su hermano y su esposo Banny Zambrano. Viajaron en vehículo y dejaron al familiar de la joven en cercanías de su lugar de trabajo. Luego, la pareja continuó su viaje hasta la zona 15, en donde residía la mamá de Banny.
Incluso el Ministerio Público (MP) logró determinar que la pareja pasó a un centro comercial a comprar. Sin embargo, después de ese viaje, ya no se supo más de Mitzie.
Zambrano se dirigió a la Oficina de Atención Permanente del Ministerio Público (MP) para denunciar el caso e inmediatamente la Fiscalía inició con las pesquisas.
Fue hasta dos días después de la desaparición de Mitzie cuando se encontró su cadáver en el interior de un vehículo de su propiedad, el cual fue abandonado en un sector de la zona 4 capitalina.
Indicios lo delatan
El propio Zambrano fue quien informó al MP acerca de que el automóvil de su pareja tenía localizador satelital y ese fue un factor “muy importante” para avanzar en las investigaciones, relató hoy el jefe de la Fiscalía de Delitos Contra la Vida, Erick Quintanilla.
De acuerdo con el entrevistado, los fiscales solicitaron información a la empresa y constataron que el servicio estaba contratado desde enero de 2014 y estaba vigente hasta el 4 de julio de ese mismo año.
También se logró verificar que en tan solo un mes se hicieron 120 consultas sobre la ubicación del automóvil, lo cual hizo deducir a los investigadores que existía “persecución y seguimiento” hacia la mujer, y que Zambrano “quería tener el control total de ella”, dijo Quintanilla.
De igual forma, ante el supuesto secuestro de Mitzie, Zambrano mostró mensajes de WhatsApp que presuntamente los plagiarios le habían enviado, pero estos “eran incoherentes” según los fiscales, tomando en cuenta la experiencia que tienen en esa materia.
Las agresiones de Zambrano
Díaz refirió que aunque se manejó el móvil de que el crimen habría sido porque Zambrano quería cobrar el seguro de vida de su esposa, él está convencido de que “Mitzi tarde o temprano moriría” a manos de su pareja.
El abogado manifestó que un testigo relató que Mitzi tenía temor porque varias veces mientras dormía por la noches él la acechaba. Despertaba y “tenía a Banny enfrente de su cara y le decía ‘es tan fácil matarte’”.
Lo ocurrido es el reflejo de la “violencia irracional” que vive la mujer en Guatemala, y “sin lugar a dudas, en cualquier rincón de nuestra sociedad hay una Mitzie a la que le debemos salvar la vida”, aseguró el abogado de Fundación Sobrevivientes.
El ciclo de la violencia
Otros factores que contribuyeron a sospechar que Zambrano podría estar implicado fue que en entrevistas con la Fiscalía los familiares de la víctima describieron al hombre como una “persona celosa, posesiva y controladora”.
De igual forma, se hizo referencia a que en enero de 2014, Mitzie solicitó medidas de protección, las cuales le otorgó un Juzgado de Familia. Estas tenían vigencia hasta el 15 de julio de ese año, es decir, 13 días después de su fallecimiento. Sin embargo, la joven solicitó antes de ese tiempo que fueran revocadas.
Según el abogado Rodolfo Díaz, quien tuvo a su cargo el caso, Mitzie habría sido víctima de una etapa de “luna de miel” o “enamoramiento” que es usual entre las parejas en donde hay violencia.
Quizá Zambrano la convenció de que la amaba y que cambiaría su forma de actuar, por lo cual la mujer le creyó. Ello aunque tiempo después, como en la mayoría de los casos de violencia contra las mujeres, tras calmarse las agresiones, estas volvieran.
La conclusión alcanzada por los entrevistados es que tuviera o no medidas de protección a su favor y hubiese o no un seguro de vida de por medio, Mitzie habría fallecido, porque el círculo de violencia era tal que empezó desde tiempo atrás con palabras, pasó a los golpes y finalizó con su deceso.
Vivir sin violencia
De acuerdo con Quintanilla, la Fiscalía de Delitos contra la Vida le da seguimiento a todos los casos para esclarecer los hechos, y además se les brinda seguimiento y atención especializada a las víctimas, para lo cual el MP cuenta con la colaboración de Fundación Sobrevivientes y otras instituciones.
El fiscal resaltó que hombres y mujeres “pueden continuar la vida sin necesidad de estar sometidos a un maltrato”, e instó a quienes sean víctimas de violencia a denunciar los casos, pues aseguró que las Fiscalías están comprometidas en contrarrestar este flagelo.
¿Cuestión social?
Sonia Acabal, de la Red de la No Violencia contra Mujeres, aseguró que no existe una esfera social o estatus económico para que esta violencia pase o no pase.
“La violencia pasa en cualquier lugar, en cualquier momento. Puede pasar con una mujer profesional o no”, refirió.
A su criterio, ha habido avances en cuanto a la atención de las féminas que son maltratadas, pues en los últimos años se han atrevido a denunciar más.
Asimismo, Acabal resaltó que la aprobación de la Ley contra el Femicidio en 2008 es un paso adelante, ya que por medio de esta se ha logrado salvar muchas vidas.
Pese a esos factores, Acabal consideró que en la actualidad hablar de femicidio es complejo porque hay inoperancia.
Esto es reflejo, según ella, de que la sociedad guatemalteca es patriarcal, machista y misógina, y “ve que las mujeres debemos estar sometidas a estos ciclos de violencia”.
Por aparte, la entrevistada resaltó que de acuerdo con cifras oficiales, entre los años 2000 y 2017, más de 10 mil 600 mujeres han muerto violentamente.
Ataques normalizados
Godínez coincidió con lo expresado por Acabal y aseguró que para contrarrestar esos pensamientos se debe desestructurar la idea de que es natural la violencia contra las mujeres.
Añadió que solo este año se contabilizan 655 casos de muertes violentas de mujeres, incluidos en los que el agresor es la pareja sentimental de las víctimas.
En tanto, explicó que hay experiencias tan sutiles y normalizadas en la ciudadanía como las que hacen referencia a que las mujeres deben casarse, ser madres, ser vírgenes, entre otros temas.
Como ejemplo de ello, recordó que cuando iba a casarse asistió a pláticas prematrimoniales en la iglesia católica, en las cuales le indicaron que debía obedecer a su esposo y servirle.
Además, aseguró que su propia mamá le decía que cuando se casara ya no debía salir a la calle y tenía que vestirse como su pareja le indicara.
Godínez afirmó que esa es la “situación de vida que imponen como natural” a muchas mujeres, lo cual lleva a situaciones que alcanzan incluso “el extremo de la violencia” como en el caso de Mitzie.
Con relación a ello, Ramazinni refirió que “desafortunadamente hay algunos textos, especialmente el del Apóstol Pablo, que no han sido correctamente entendidos”.
Indicó que aunque se les da formación a los catequistas, algunos de ellos mantienen ideas de que la mujer debe someterse al marido.
“Así como Cristo amó a la Iglesia, así el esposo debe amar a la esposa”, eso es en realidad lo que manifiesta la Biblia, refirió.
El religioso añadió que debe haber una igualdad de género y que si una mujer, en confesión, le comentara que es víctima de violencia, le pediría que lleve a su esposo a la Iglesia para conversar con él, y si en caso él “no da muestras de arrepentimiento” le recomendaría a la fémina que lo denuncie.