A solas, en silencio y rodeado de oscuridad, el asteroide bautizado recientemente como “Oumuamua” (que en idioma hawaiano significa “mensajero que llega de lejos”), surcó la Vía Láctea durante cientos de miles de años hasta llegar a nuestro Sistema Solar.
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Se trata de una observación sin precedentes, que abre una nueva ventana sobre la formación de otros mundos estelares en nuestra galaxia. Y es precisamente esta posibilidad la que ha motivado al equipo del Breakthrough Listen, el ambicioso proyecto científico para la búsqueda de vida extraterrestre (del que es integrante Stephen Hawking), a monitorear la actividad de la misteriosa roca.
Los científicos buscan señales electromagnéticas provenientes del “Oumuamua”, las cuales no pueden ser producidas por la naturaleza. Por ende, en caso de hallarse dichas señales, confirmaría que se trata de una nave alienígena.
El asteroide tiene unos 400 metros de largo y su longitud es aproximadamente diez veces su ancho, pero lo verdaderamente fascinante sobre ella es que, según el análisis de los datos recopilados por los expertos, esta no tiene su origen dentro de nuestro Sistema Solar. Es decir, se trata de un asteroide interestelar.
“No queremos ser sensacionalistas de ninguna manera, y somos muy realistas sobre las posibilidades de que esto sea artificial”, afirmó a la revista Scientific American el multimillonario ruso Yuri Milner, financiador del proyecto.
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Los científicos no saben con certeza de qué material está hecho el asteroide, pero barajan la posibilidad de que se trate de roca o metal, al no encontrarse la típica nube de polvo espacial que dejan los asteroides. Ha sido descrito como “rocoso, rojizo e inusualmente alargado”.
“Cuanto más estudio este objeto, más inusual me parece, lo que me hace preguntarme si podría ser una sonda artificial que fuera enviada por una civilización alienígena”, dijo por su parte Avi Loeb, director del departamento de astronomía de la Universidad de Harvard, citado por The Atlantic.
El “Oumuamua” se encuentra a dos unidades astronómicas de la Tierra (el doble de la distancia existente entre nuestro planeta y el Sol).
El asteroide fue descubierto el pasado 19 de octubre, por medio del telescopio Pan-STARRS1, ubicado en Hawái. Inmediatamente después, otros telescopios de todo el mundo, entre ellos el Very Large Telescope (VLT), del Observatorio Europeo Austral (ESO), situado en el norte de Chile, comenzaron a observarlo para determinar sus características.
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