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Hallan 33 cuerpos en fosas clandestinas en México

Perros entrenados condujeron a las autoridades al escalofriante descubrimiento de cuatro fosas clandestinas con al menos 33 cuerpos en una plantación de caña de azúcar en el estado de Nayarit, con costas en el Pacífico mexicano, informaron el miércoles las autoridades.

Algunos de los cadáveres podrían haber sido mutilados antes de ser arrojados a las fosas, y los funcionarios creen que las víctimas probablemente participaban en el narcotráfico.

El hallazgo en el municipio de Xalisco fue efectuado en medio de una disputa entre cárteles en Nayarit luego del arresto en marzo del exprocurador general del estado Edgar Veytia bajo cargos de narcotráfico por parte de Estados Unidos.

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Xalisco ha sido durante mucho tiempo la base de operaciones de una red de tráfico de heroína negra de alquitrán que abastecía a la costa oeste estadounidense.

El actual procurador general de Nayarit, Petronilo Díaz, dijo que las pandillas locales se han involucrado en luchas de poder desde el arresto de Veytia. Se cree que las víctimas encontradas en las fosas clandestinas estuvieron de alguna forma implicadas en dichas disputas.

“Sí está la presunción de que se trataba de gente que estaba involucrada con diversos grupos delictivos, sin poderte precisar cuál”, indicó Díaz, y agregó que las fosas clandestinas son “una manera de operar del crimen organizado”.

“Este proceso de descomposición entre las organizaciones del crimen organizado que ahorita estamos pasando aquí en Nayarit, viene a raíz de la detención… de un funcionario (Veytia) del sexenio pasado”, señaló el fiscal. “Es cuando se empieza el reacomodo de estos grupos delincuenciales y empieza el desorden que estamos pasando”.

En ocasiones los funcionarios corruptos en México han hecho valer una especie de paz inestable al favorecer a un cártel o al dividir los territorios.

Las fosas fueron descubiertas cuando algunas familias que buscaban a sus parientes encontraron restos el sábado luego de que los residentes locales les avisaran. La primera fosa contenía nueve cuerpos y estaba localizada cerca de un arroyo en una plantación de caña de azúcar. Posteriormente los perros rastreadores condujeron a los investigadores a otras dos fosas cercanas.

Los cuerpos se encontraban en un estado de descomposición tan avanzado que no se pudo confirmar su género ni su identidad de forma inmediata. En promedio llevaban unos seis meses enterrados, según los investigadores.

Fueron sacados de las fosas en pedazos, y Díaz dijo que algunos de ellos podrían haber sido mutilados antes de que los enterraran.

“No descartamos la posibilidad de que había cuerpos ya desmembrados”, afirmó.

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