El insólito papamóvil, que parece más bien un carrito de golf color verde acondicionado para la ocasión, recorrió lento el interior del coliseo Madre de Dios, en medio de la algarabía, aplausos y sonrisas de los asistentes, en esta zona fronteriza con Brasil y Bolivia.
Una vez en el estrado, Francisco se bajó del pequeño papamóvil mientras el chofer lo estacionaba a un lado. El papa argentino subió lento para dar su discurso a los miles de asistentes y recibir el saludo de los dirigentes nativos.
El representante de la etnia awajún, Santiago Manuin, fue el primero en entregale un presente de su pueblo.
Su presencia no pasó desapercibida. Manuin se acercó en silla de rueda en la que se moviliza desde que quedó herido gravemente durante las violentas protestas en Bagua, en la región Amazonas (noreste) en junio del 2009, cuando intentaba evitar que los manifestantes se enfrentaran a la policía.
En ese enfrentamiento murieron 10 nativos y 23 policías. Gobernaba Perú el socialdemócrata Alan García.
Luego los representantes de las etnias achuar, awajún, yine, y de otros pueblos originarios amazónicos se acercaron al estrado donde estaba el papa y leyeron discursos en lenguas originarias y en español.
Una vez culminada la ceremonia en el coliseo, el papa volvió a subir a su pequeño vehículo y recorrió la parte externa del coliseo con el brazo en alto. Luego cambió de vehículo y trepó al tradicional papamóvil todo terreno de color blanco para recorrer la ciudad rumbo a un albergue infantil.