Este miércoles se cumplen 38 años de la quema de la embajada de España en Guatemala, tragedia que cobró la vida de 37 personas.
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Para rememorar los hechos ocurridos el 31 de enero de 1980, el Comité de Unidad Campesina (CUC) desarrolló hoy una serie de actividades, incluida una marcha que salió desde la plaza El Obelisco.
La movilización se dirigió hacia la 10 calle y 6ª avenida “A” de la zona 9 capitalina, en donde se ubicaba anteriormente la sede diplomática. Asimismo, en ese lugar se realizó una ceremonia maya.
Daniel Pascual, coordinador del CUC, explicó que se trató de un homenaje en memoria de las víctimas que fallecieron como consecuencia de la búsqueda de justicia.
“Vinieron a la capital a denunciar una oleada de masacres, robos y despojos de tierra que ocurrían en ese momento. Buscaron dialogar con las autoridades pero lamentablemente se les cerraron las puertas y los mandaron a matar”, expuso.
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Pronunciamiento
La Fundación Rigoberta Menchú Tum emitió un comunicado con relación a este tema, en el cual hace un llamado a que “nunca más se den delitos de lesa humanidad contra los pueblos indígenas”.
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El documento señala que lo ocurrido en Guatemala es "una de las masacres más atroces, como parte de la violencia desmedida y las graves violaciones a los Derechos Humanos cometidos por el Estado guatemalteco".
La agresión fue contra campesinos indígenas de El Quiché, entre los que se encontraba Vicente Menchú Pérez, padre de Rigoberta Menchú Tum, Premio Nobel de la Paz 1992, añade el texto.
Y refiere que con la quema de la embajada, el Estado demostró “el nivel de crueldad del que era capaz de imponer para acallar la voz de los guatemaltecos”.
“Honramos la memoria y rendimos homenaje a las 37 víctimas”. “Reivindicamos el derecho a la memoria, la verdad y la justicia de los pueblos indígenas”, expresó la fundación.
En tanto, Menchú publicó en su cuenta de la red social Twitter un mensaje en el que asegura que “las estructuras de poder criminal que se ensañaron contra los pueblos indígenas durante el conflicto armado interno, siguen latentes e impunes”.
