Para el alcalde capitalino Álvaro Arzú resulta “impensable e inadmisible” que los ciudadanos salgan a las calles y se manifiesten en contra de la corrupción.
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A su criterio, los guatemaltecos que desde 2015 han rechazado las anomalías e ilegalidades en el gobierno son consideradas personas que “odian a la patria y que se odian ellos mismos” porque al hacerlo están atentando a la nación.
Ese odio y el “resentimiento de unas cuantas personas” fue el que evitó que los 39 cadetes de la Escuela Politécnica, que fueron homenajeados por Arzú con la medalla “Más allá del deber”, no pudieran ondear el pabellón nacional en un acto protocolario que se realizaría el 14 de septiembre del año pasado, por el 196 aniversario de la Independencia.
La persona resentida es quien odia a otro y se odia a ella misma y descompone todas las cosas buenas y las relaciones constructivas, destruyen el tejido social. Esas personas son quienes agredieron al pabellón nacional y a los cadetes que dedican su amor a la patria”, vociferó el alcalde.
Después de casi cinco meses de que los cadetes no pudieron ondear el pabellón nacional porque una manifestación llegó a la Plaza de la Constitución e impidió que se hiciera el acto, Arzú los homenajeó y les hizo una mención honorifica en frente del edificio de la Municipalidad de Guatemala.
