El estado de Nueva York presentó el domingo una demanda judicial contra el exproductor de Hollywood caído en desgracia Harvey Weinstein, su hermano y su empresa por fracasar durante años a la hora de proteger a sus empleados de acoso y agresiones sexuales.
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Desde octubre pasado, el antes todopoderoso productor de cine fue acusado de acoso, agresión sexual o violación por más de un centenar de mujeres a lo largo de 40 años.
Los fiscales afirman que la demanda fue presentada este domingo ante la corte suprema del condado de Nueva York por temor a que una inminente venta de la compañía, al borde de la quiebra, deje a las víctimas sin indemnización y a sus responsables sin castigo.
La demanda contra el magnate, su hermano Robert y The Weinstein Company, que puede retrasar la venta de la empresa, asegura que ésta "violó repetidamente la ley de Nueva York al fracasar en proteger a sus empleados de un acoso sexual generalizado, la intimidación y la discriminación", dijo el fiscal general del estado, Eric Schneiderman, en un comunicado.
Derecho a indemnización
"Toda venta de The Weinstein Company debe garantizar que las víctimas sean compensadas, que se proteja a los empleados de aquí para adelante, y que ni los responsables ni los que permitieron esto se enriquezcan injustamente", añadió Schneiderman.
El abogado de Weinstein, Ben Brafman, aseguró que la investigación demostrará que muchas de las acusaciones contra su cliente no son ciertas, y advirtió que si el objetivo es tornarlo "un chivo expiatorio", éste "se defenderá vigorosamente".
"Si bien el comportamiento de Weinstein no careció de errores, ciertamente no hubo criminalidad, y al final de la investigación quedará claro que Harvey Weinstein promovió a más mujeres a posiciones ejecutivas clave que cualquier otro líder de la industria y que había cero discriminación en Miramax o TWC", sostuvo Brafman en un comunicado.
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Un grupo de inversores liderado por Maria Contreras Sweet, una exresponsable del gobierno de Barack Obama, está en negociaciones avanzadas para comprar la empresa por unos 500 millones de dólares, un monto que incluye un fondo para compensar a las víctimas, según el sitio web Deadline, especializado en noticias de Hollywood.
Weinstein, investigado por las policías de Nueva York y de Londres, asegura que todas sus relaciones fueron consensuadas. Supuestamente se halla bajo tratamiento por su adicción al sexo.
La demanda precisa que Weinstein amenazaba a sus empleados con frases como "te mataré", "mataré a tu familia" o "tú no sabes de lo que soy capaz". Se jactaba de sus altas conexiones políticas y aseguraba que tenía contacto con el servicio secreto, que podía resolver problemas.
Biblia y condones
A pedido de Weinstein, la compañía empleó a un grupo de mujeres cuya tarea principal era acompañar al productor a eventos y facilitar sus conquistas sexuales. Tenían en sus computadoras copias de un manual apodado "la Biblia" que detallaba las preferencias de Weinstein y explicaba cómo cumplir con su voluntad.
Otro grupo de empleados, casi todos mujeres, eran asistentes que debían mantener espacio en su agenda para actividades sexuales y dar varios pasos para aumentar su vida sexual, contactando a "Amigos de Harvey" por teléfono o mensajes de texto a su pedido.
Un tercer grupo también casi 100% femenino de ejecutivos era asimismo obligado a facilitar las conquistas sexuales de Weinstein, según la acusación, aunque habían sido supuestamente contratados para ayudar a la empresa a producir películas y proyectos televisivos. Esto las humillaba y contribuía al ambiente laboral hostil, según sus denuncias.
"Las empleadas mujeres de Weinstein son esencialmente usadas para facilitar sus conquistas sexuales de mujeres vulnerables que esperan que él les consiga trabajo", contó una de ellas.
La fiscalía asegura además que los choferes de Weinstein en Nueva York o Los Ángeles debían siempre llevar preservativos e inyecciones contra la disfunción eréctil para su jefe.
Los fiscales dijeron que Weinstein por ejemplo dictó órdenes a una asistente tirado desnudo en su cama mientras la miraba lascivamente, y en un coche puso la mano en su muslo y nalgas y se frotó contra ella sin su consentimiento.
Pese a todo esto y a múltiples quejas de empleados al departamento de recursos humanos, la compañía nunca frenó estos comportamientos, le reprocha la acusación.
Según la fiscalía, el silencio se debe a que muchas empleadas firmaron acuerdos con la empresa que les impiden hablar, una práctica bajo escrutinio tras la avalancha de denuncias de abusos sexuales desatada por el escándalo Weinstein.