La policía israelí recomendó este martes a la justicia la inculpación del primer ministro Benjamin Netanyahu por corrupción, fraude y abuso de confianza en dos casos, tras dos años de investigación, acusaciones contestadas por el mandatario, que aseguró que no piensa dimitir.
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"La policía concluyó que existen suficientes pruebas contra el primer ministro para inculparlo de haber aceptado sobornos, de fraude y abuso de confianza", indicó un comunicado oficial.
La decisión de procesar al primer ministro de 68 años depende ahora del fiscal general, Avishai Mandelblit, que podría tardar semanas o meses.
"Nuestro gobierno terminará su mandato y estoy seguro de que en las próximas elecciones (en noviembre de 2019) obtendré nuevamente el voto de confianza con la ayuda de Dios", aseguró Netanyahu en una alocución televisada.
"Esas recomendaciones no tienen ningún valor jurídico en un país democrático", declaró rechazando todas las acusaciones de la policía.
Durante la investigación, Netanyahu no ha cesado de proclamar su inocencia, repitiendo sin cesar la misma letanía: "No pasará nada porque no pasó nada".
En una de las causas se acusa a Netanyahu de haber recibido regalos -por ejemplo, cigarros de lujo, a los que es un gran aficionado- de parte de adineradas personalidades, como James Packer, un multimillonario australiano, o Arnon Milchan, productor de cine israelí que trabaja en Hollywood.
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El valor total de estos regalos ha sido evaluado en decenas de miles de dólares.
La policía también estimó que hubo corrupción en el acuerdo secreto que Netanyahu habría intentado concretar con el propietario del Yediot Aharonot, el diario israelí de pago más importante, para una cobertura favorable a sus intereses.
Netanyahu ya ha sido sospechoso de corrupción en el pasado, pero los casos nunca llegaron a salpicarlo.
El primer ministro intentó minimizar el impacto del anuncio de la policía.
"Los últimos años fui objeto de al menos quince verificaciones e investigaciones. Algunas terminaron con recomendaciones estruendosas de la policía, como las de esta noche. Todos estos intentos no desembocaron en nada y esta vez, también, las cosas no desembocarán en nada", aseguró.
Al frente del gobierno desde 2009, tras un primer mandato entre 1996 y 1999, Netanyahu ya superó los once años en el poder.
Sin rival aparente, podría batir el récord de longevidad en el poder del histórico David Ben Gurión, fundador del Estado de Israel, si la actual legislatura llega a su término, en noviembre de 2019.
La ministra de Justicia, Ayelet Shaked, ha asegurado que un primer ministro inculpado oficialmente no está obligado a dimitir.
Cuando se procesa a un primer ministro, éste sólo está obligado a renunciar cuando se agotan todos los recursos contra su procesamiento, explicó a la AFP el analista Ofer Kenig, del Israel Democracy Institute.
El Parlamento puede no obstante iniciar un procedimiento especial contra el primer ministro una vez procesado y antes de que se agoten todos los recursos, agregó.
La justicia israelí puede dictar severas penas contra los más altos dirigentes declarados culpables de corrupción.
El predecesor y ex adversario de Netanyahu, Ehud Olmert, al frente del gobierno entre 2006 y 2009, fue liberado en julio luego de un año y cuatro meses de prisión por corrupción.
Los comentaristas políticos destacaban que el futuro político de Netanyahu dependerá en parte del ministro de Finanzas, Moshé Khalon, jefe del partido de centroderecha Kulanu.
Si esta formación, que suma 10 diputados de los 120 que cuenta el Parlamento, decide irse, Netanyahu dejará de contar con la mayoría.