Las siete personas -entre ellas un comediante neoyorquino, un profesor de sociología de Maryland, un policía tejano y una cantante de Seattle- se rebelaron contra este bloqueo, que les impide desde hace meses ver los tuits publicados casi a diario por el presidente en su cuenta @RealDonaldTrump, y responderle directamente.
Sus comentarios no figuran más en el hilo de reacciones a los tuits del presidente Donald Trump, que tiene 48 millones de seguidores y para quien Twitter es su herramienta de comunicación preferida.
¿Cuántas personas en total han sido bloqueadas por Trump en Twitter? Nadie sabe exactamente, pero "algunos estiman que son varias centenas", afirma Ujala Sehgal, portavoz del instituto Knight de la Universidad de Columbia, un instituto especializado en la defensa de la libertad de expresión que decidió representar en la justicia a las personas bloqueadas.
Entre estas figura Philip Cohen, un profesor de sociología de Maryland, bloqueado en junio pasado, 15 minutos después de haber reaccionado a un tuit presidencial colocando una foto de Trump sobre la cual aparecía la leyenda "Corrupto Incompetente Autoritario".
Desde entonces, "me di cuenta de que muchas menos personas veían mis tuits y que mi eficacia política, mi capacidad de hablar con otros ciudadanos fueron afectadas", explicó el jueves en una audiencia sobre el caso en la corte federal de Manhattan.
"Los comentarios (a los tuits presidenciales) se tornaron mucho más positivos, porque (Trump) bloqueó a muchas personas que lo criticaban", deploró por su lado Nicholas Pappas, un comediante neoyorquino que también fue vetado por Trump en junio pasado, luego de un tuit crítico sobre su política migratoria.
"Era importante que nuestra opinión se viese representada en esos tuits, lo cual actualmente no es el caso", dijo.
¿Cuáles son los argumentos jurídicos que sostienen la acusación de Cohen y Pappas?
Su abogada Katie Fallow argumentó el jueves ante la jueza federal Naomi Reice Buchwald: dijo que la cuenta @RealDonaldTrump, que el presidente quiso "abrir a todos" y la utiliza para anunciar sus decisiones y promover su política, se había convertido en un "foro público".
En ese marco, está protegida por la Primera Enmienda a la Constitución estadounidense, por lo que los opositores de Trump no pueden ser descartados de su hilo de Twitter sin que con ello se socave su libertad de expresión, explicó Fallow.
Pero el abogado del presidente, Michael Baer, rechazó esos argumentos. Si bien no negó que los mensajes tuiteados por Trump son mensajes oficiales, argumentó que el presidente tenía el derecho, como cualquier representante que fuera a una reunión política, de "ignorar los comentarios de un manifestante que estuviera en la reunión" y hablarle únicamente a sus partidarios.
Con información de AFP