A rey muerto, rey puesto. Al mismo tiempo que el presidente Donald Trump anunciaba la destitución de Rex Tillerson, anunciaba que su reemplazante en el cargo sería Mike Pompeo. El hasta ahora director de la CIA se hará cargo, a partir de abril, de las relaciones exteriores de Estados Unidos.
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A su vez, Trump nombraba a Gina Haspel, espía experta en operaciones encubiertas, como nueva directora de la Agencia Central de Inteligencia.
Haspel se unió a la CIA en 1985 y este martes se convirtió en la primera mujer en dirigir la institución. Ha servido en diferentes países, siendo la dirección de una cárcel secreta en Tailanda su cargo más polémico. A su sombra siempre han estado los señalamientos del Senado de que utilizó técnicas de tortura para interrogar (de forma extrajudicial) a dos supuestos miembros de Al Qaeda.
También ocupó puestos directivos de importancia en Washington, como el de directora adjunta del Servicio Nacional Clandestino de Inteligencia Extranjera y Acción Secreta.
“Es inteligente, dura y tiene experiencia. Pero también es polémica”, afirmó Jack Goldstone, cientista político de la Universidad de Harvard.
“Cuando Trump la nominó para directora adjunta de la CIA, el puesto que ocupaba hasta ahora, ya hubo oposición a su confirmación por su pasado con los métodos de interrogación”.
Por su parte, traerá con él la disciplina de un egresado la prestigiosa academia militar de West Point, así como la experiencia política adquirida en cuatro períodos en la Cámara de Representantes, donde integró el controvertido Comité de Inteligencia.
Como director de la CIA, cortó camino hacia el círculo más cercano a Trump, elogiándolo con frecuencia y dando personalmente muchos de los cruciales informes de inteligencia en el Salón Oval.
Pompeo comparte la línea dura de Trump respeto a Irán y Corea del Norte y evitó contradecir directamente la insistente afirmación del presidente de que Rusia no actuó en su favor durante la campaña electoral de 2016, aunque esa fue la conclusión de la CIA.
Fletcher McClellan, profesor de ciencia política del Elizabethtown College de Pensilvania, destaca que Pompeo será, probablemente, el defensor más prominente de las políticas del presiente. "Bajo su liderazgo, es posible que Estados Unidos se retire del acuerdo nuclear con Irán. Apoyará firmemente las afirmaciones de Israel sobre Cisjordania y minimizará las posibilidades de una solución de dos estados para la cuestión palestina Puede haber más conflicto dentro de la administración, particularmente entre él y el Secretario de Defensa, Jim Mattis", apuntó.
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Sobre Haspel, McClellan también rescató los señalamientos por el uso de tortura y afirmó que su carrera se estancó durante el gobierno de Barack Obama. "Su carrera se ha alzado con Trump, que prefiere la tortura como una herramienta en la política antiterrorista. Ella era la subdirectora de Pompeo en la CIA, y los dos aparentemente trabajan bien juntos. Es posible que las audiencias en el Senado para su confirmación se prolonguen, mientras los senadores debaten sobre la moralidad y la efectividad de la tortura en la guerra", señaló.
*Con información de AFP, AP y Metro Latam