"Rusia es culpable" del atentado, dijo Theresa May en el Parlamento, tras cumplirse el ultimátum que Londres impuso a Moscú para explicar su relación con el envenenamiento del ex espía Serguéi Skripal en suelo inglés.
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Anunciando la expulsión de 23 diplomáticos rusos, "identificados como agentes de inteligencia no declarados", la primera ministra respondió al intento de asesinato de Skripal, de 66 años, y su hija Yulia, de 33, ocurrido hace diez días en Salisbury.
Además, May suspendió los contactos bilaterales de alto nivel, incluyendo una visita prevista del ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, y toda representación diplomática británica en la próxima Copa del Mundo, a celebrarse en Rusia y a la cual está clasificada la selección inglesa.
"No habrá asistencia de ministros ni de miembros de la familia real al Mundial de Rusia", afirmó.
May culpó al presidente ruso, Vladimir Putin, del deterioro de las relaciones.
"Muchos de nosotros miramos a la Rusia post-soviética con esperanza. Queríamos una mejor relación y es trágico que el presidente Putin haya elegido actuar así".
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Por su parte, el ministerio ruso de Exteriores aseguró que la respuesta de Moscú "no tardará", calificando las medidas de May de "hostiles".
La expulsión de los diplomáticos "es absolutamente inaceptable e indigna", añadió la cancillería rusa en su comunicado.
"Solo Rusia"
Vil Mirzayanov, el científico que reveló el programa ruso de armas químicas (y que ahora vive en Estados Unidos), afirmó que "solamente los rusos" fabricaron el potente agente nervioso "Novichok" usado en el ataque contra Skripal.
"Lo tenían y siguen teniéndolo en secreto", explicó Mirzayanov, que estima que las dos víctimas principales, padre e hija, y también un policía que resultó afectado al intentar ayudarlos, "morirán o saldrán muy maltrechos" del contacto con la sustancia.
*Con información de AFP