“Yo estoy tranquilo”, declaró el presidente Pedro Pablo Kuczynski a periodistas, tras participar en una ceremonia militar en Lima.
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El mandato de Kuczynski, un economista de 79 años de edad, pende de un hilo desde que el Congreso acogió a debate hace cinco días una moción presentada por la oposición para destituirlo, tres meses después de salvarse de un pedido similar.
Kuczynski está acusado de haber mentido sobre sus vínculos con la cuestionada constructora brasileña Odebrecht, en un escándalo que ha salpicado también a sus tres antecesores en el sillón presidencial peruano.
El mandatario negó, asimismo, las acusaciones de opositores de que estaría tratando de “comprar” votos de legisladores para evitar la destitución. “Eso es un cuentazo”, expresó Kuczynski a la prensa, refiriéndose al supuesto intento de compra de votos.
La moción para declarar la “vacancia” presidencial por “incapacidad moral” será votada por el Congreso este jueves, al cierre de una sesión plenaria en la que el mandatario, asistido por su abogado, podrá hacer sus descargos.
Los analistas evitan pronosticar el resultado de la votación, pero anticipan que será estrecho.
Para lograr la destitución de Kuczynski, la oposición necesita 87 votos de los 130 miembros del Congreso unicameral peruano. La promueven dos agrupaciones minoritarias de izquierda y el partido Fuerza Popular, la mayor fuerza política del país, liderado por Keiko Fujimori.
La permanencia del presidente la apoyan, por su parte, el partido oficialista PPK y una escisión de Fuerza Popular, encabezada por Kenji Fujimori, hermano de Keiko.
