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Cargadores de La Terminal: Un trabajo con jornadas extensas y escasa remuneración

“Permiso, permiso”, gritan algunos cargadores de bultos del mercado La Terminal, en la zona 4, mientras zigzaguean cargados de verduras y frutas entre los pasillos del cantonal más grande. El dinero que llevan a casa no recompensa el esfuerzo físico.

Armados con un mecapal elaborado con lazos y retazos de costal y con un cinturón ancho de cuero, los cargadores de bultos inician sus jornadas laborales desde tempranas horas, para poder llevar comida a sus hogares.

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“A veces no hay mucho trabajo, por eso hay que aprovechar la madrugada que es cuando está más lleno el mercado”, comenta Felipe, mientras se limpia el sudor que le escurre en la frente, después de concluir un viaje de 400 metros en donde cargó al menos 80 libras de verdura.

El trabajo lo realizan hombres de diferentes edades. Los veteranos tienen los dedos deformados porque en alguna ocasión se los dislocaron para sujetar la carga.

Ligera recompensa

Por cada viaje, los cargadores cobran Q3 y en un día logran un promedio de 15 viajes, lo que equivale a Q45 diarios.

“Antes se lograba sacar hasta Q200, pero ahora hasta acá en el mercado está difícil”, menciona un cargador que sube bultos en la parrilla de un bus.

En La Terminal trabajan más de 3 mil cargadores, debido a que se necesitan en diferentes jornadas.

“A veces logro cargar hasta tres quintales en cada viaje, pero es bastante cansado al final del día, comentó Juan Chej, cargador de bultos.

“En la noche nos ayudan a descargar los camiones que vienen del interior y se les paga Q1 por cada quintal”, menciona un vendedor de papa

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