Amatitlán tiene una característica que lo hace singular. Tiene tres patronos, pero una sola feria que es “tradicional” y que tiene en el 3 de mayo su día más importante porque miles de personas visitan al Niño Dios de Amatitlán y asisten a la procesión acuática.
A la feria se le ha llamado “tradicional” porque data de mucho tiempo y se ha transmitido de manera oral al considerarse que es un legado que hicieron los españoles, según lo explicado por Aracely Samayoa en su libro “Amatitlán (Tradiciones)”.
La fiesta grande de Amatitlán lleva el nombre de “la cruz” porque el 3 de mayo es la advocación del gremio de albañiles y canteros. El municipio ha sido afamado por sus buenos artesanos en este arte. Por ello, se puede observar en las construcciones grandes o modestas la presencia del símbolo de la cruz como decoración.
“La feria posee una rica y variada cultura, costumbres y tradiciones”, explica Mara Marroquín, alcaldesa de Amatitlán.
Una feria llena de historia
Un 3 de mayo de 1883 la imagen del Niño Dios fue trasladada a la iglesia parroquial, porque un año antes, el gobierno central la llamó “Feria de la Cruz”, refiere Samayoa.
El cronista de la ciudad de Amatitlán, Óscar Fajardo Gil, considera que la artesanía dulcera, que permite disfrutar de la chancaca, el mazapán, el matagusano y las botellita de miel, la procesión acuática y la visita de otras imágenes de Niño Dios de lugares cercanos hacen que esta feria sea diferente respecto a otras en el país.
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Homenaje a amatitlanecos destacados
“La idea es exaltar a los vecinos de Amatitlán que por sus características ponen de manifiesto su amor por el municipio”, explicó Erick Suárez, de Gestión de Proyectos Culturales de la Municipalidad de Amatitlán, al referirse a las 14 personas que son homenajeadas en esta feria.
Se trata de ocho mujeres y seis hombres destacados por sus habilidades artísticas, culinarias, profesionales y amabilidad. El escenario del campo de la feria tiene como fondo un mural que se le ha encomendado al maestro de la plástica Carlos Santos Sacú. En esa obra muestra a personajes y lugares del pasado amatitlaneco, pero también algunos recientes que son dignos de reconocimiento.
El mural de la Feria evoca lugares en donde los amatitlanecos han aprendido a amar a su municipio, como por ejemplo, El Teleférico, Las Ninfas y el puente La Gloria, pero también sirve para dar un reconocimiento a Aracely Judith Samayoa Godoy, José Max Palencia Estrada, Lina de Jesús y Marta Alicia Estrada Peralta.
Inmortalizados por Santos Sacú
Otilia Muñiz Día de Samayoa, reconocida mengala del barrio La Cruz es recordada por muchos por sus tostadas cuaches y la elaboración de dulces típicos. El maestro de la plástica Carlos Santos Sacú la plasmó para la posteridad, así como con otros de los homenajeados.
Otros amatitlanecos exaltados son: Las hermanas Elda y Elva Recolpachí, Juan Manuel Ramírez Villeda, Luis Alfonzo Ramírez González, Juan Ernesto Vega Reyes “Tamborón”, Olimpia Carballo, Eswin Rolando Pérez Sandoval “Chirola”, Francisco Girón Avendaño y Rosa Elsa Guerra.
Mas de 200 años de tradición
- La Feria de la Cruz no es la feria patronal de Amatitlán porque no se celebra el 24 de junio, día de la festividad del patrón de la ciudad, San Juan Bautista.
- La imagen del Niño Dios existía desde el siglo XVII en el pueblo de Pampichí o Belén. Tal fue la fama que cobró que la pequeña iglesia no era suficiente para albergar a los cientos de romeristas que acudían a venerar la sagrada imagen. Los habitantes del pueblo colocaban ventas de comida y golosinas alrededor del Niño Dios. Así se originó la feria.
- Además del Niño Dios y de San Juan Bautista, Amatitlán tiene otro patrono que es la Virgen del Rosario, que fue nombrada como Alcaldesa Excelsa y Perpetua. Aunque esa advocación tiene su fiesta mayor en octubre, en el municipio es procesionada con gran algarabía en enero.