Muchas madres poseen trabajos poco comunes, pero el denominador común es la lucha diaria por llevar el sustento al hogar de tal forma que los hijos cuenten con lo necesario diariamente. Estos son algunos ejemplos de aguerridas madres de familia.
Las emergencias y sus hijos son la vida de la dama bombero
"Siempre me dejas abandonado", le dice su hijo menor cuando ella se empieza a colocar el uniforme de bombero para atender su turno los fines de semana. Su jornada laboral es de 24 por 24, ahora ya no atiende las emergencias en las ambulancias debido a que coordina el Centro de Emergencias. Siempre me preguntan cuáles emergencias se atendieron", comenta Sandra, quien lleva 18 años en los bomberos.
Es una experiencia bastante bonita porque, cuando estaba embarazada, sentía las emociones de las emergencias y al mismo tiempo sentía la emoción de mi bebé cuando lo tenía en mi vientre. Ahora mis hijos se preocupan por mí, pero se sienten orgullosos porque sirvo a la comunidad", dice Sandra Chávez, dama bombero de primera clase de los Bomberos Municipales.
Aprehensiones y persecuciones son sus actividades cotidianas
"La calle es muy peligrosa, mami, ya no trabajes", le dicen sus hijos a Ana Fuentes, quien lleva 31 años de servicio en la Policía Nacional Civil. Actualmente está destacada en el área de Monitoreo de Sistemas. Fuentes recuerda que participó en un operativo cuando estaba destacada en la Comisaría 14: "Hubo persecución y un compañero resultó herido, pensé en mis hijos porque soy madre soltera".
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"Las jornadas en la Policía Nacional Civil son extensas, pero servimos a la ciudadanía y espero estarles dando un ejemplo a mis hijos para que vayan por el buen camino y que no les falte nada. Cuando se es madre no se tienen límites y uno siempre debe dar más", comenta Ana fuentes, agente de la Policía Nacional Civil.
Sofoca incendios para después revisar las tareas de sus hijas
Silvia recuerda que en un incendio de una vivienda no podían ingresar las motobombas y ella decidió entrar porque había un bebe. “Estaba calcinado, lo abracé y no lo solté hasta que llegó el Ministerio Público”. Las jornadas son largas y peligrosas; sin embargo, cada día que descansa regresa a su casa para atender a sus dos hijas de 10 y 11 años, quienes todos los días la esperan en la casa para terminar las tareas.
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"Las manualidades que hacen en el colegio por el Día de la madre me los tienen que dar un día antes o un día después, es difícil que coincida mi descanso. Pero cuando estoy de descanso aprovecho mi tiempo para jugar con ellas", asegura Silvia Ortíz, galonista II de los Bomberos Voluntarios.