Las revelaciones, publicadas este miércoles por el organismo de ética del gobierno estadounidense, no especifican la razón de los pagos de Donald Trump al abogado Michael Cohen, quien desembolsó 130 mil dólares a la actriz Stephanie Clifford, conocida en el mundo del cine para adultos como “Stormy Daniels”, durante la precampaña de las elecciones de 2016.
PUBLICIDAD
Clifford sostiene que tuvo un amorío con Trump en 2006, cuando el magnate ya estaba casado con su actual esposa, la primera dama Melania Trump, afirmación que el ahora presidente niega, así como inicialmente negó tener conocimiento del pago hecho por Cohen.
El abogado reconoció que el monto estaba destinado a lograr que Clifford no hablara públicamente sobre su antigua relación con Trump.
El asunto empezó a aclararse a principios de mes, cuando Rudy Giuliani, flamante miembro del equipo legal del mandatario, dijo que este había reembolsado a Cohen por los 130 mil dólares pagados a la actriz.
Según una nota de las revelaciones entregadas el martes a la Oficina de Ética del gobierno estadounidense, Cohen habría incurrido en “gastos” en nombre de Trump en 201, por valor de entre 100 mil y 250 mil dólares.
“Cohen pidió el reembolso de estos gastos y Trump le reembolsó completamente en 2017”, añade.
Clifford busca que la justicia anule el acuerdo de confidencialidad entre ella y Cohen (razón del pago), para poder revelar detalles de su encuentro con el presidente. La actriz presentó, además, una querella contra Trump a principios de mayo por difamación, después de que el mandatario negase su afirmación de que había sido amenazada por un hombre que lo representaba en 2011.
PUBLICIDAD
Por su parte, Cohen tiene sus propios problemas legales. El FBI allanó su hogar y su oficina a principios de abril y confiscó documentos y otro material en conexión con una investigación criminal. Las autoridades no dieron detalles sobre la presunta implicación del abogado.
Los documentos financieros publicados este miércoles también ofrecen un vistazo al funcionamiento de dos de los hoteles más importantes del presidente: el Trump International Hotel, de Washington (que atrae a lobistas, legisladores y funcionarios extranjeros que hacen negocios con el gobierno federal), y el resort Mar-a-Lago, de Florida, conocido como la “Casa Blanca de Invierno”.
