Nicolás Maduro, con la banda presidencial, juró este jueves ante la oficialista Asamblea Constituyente tras ganar los comicios del pasado domingo, boicoteados por la oposición y desconocidos por parte de la comunidad internacional.
"Hace falta una rectificación profunda, hay que hacer las cosas de nuevo y mejor. No estamos haciendo las cosas bien y tenemos que cambiar este país", reconoció el reelecto mandatario en su discurso ante la cúpula militar y de gobierno.
El mandatario socialista, de 55 años, admitió además que las sanciones impuestas por Estados Unidos traerán más dificultades al país petrolero, pues impiden conseguir recursos y "hacer las importaciones necesarias".
"No puedo engañar a nadie, nos van a crear graves dificultades, dolorosas dificultades, que vamos a enfrentar paulatinamente; las vamos a derrotar. Las sanciones de Trump serán anuladas y derrotadas".
Venezuela vive la peor crisis de su historia reciente: hiperinflación, escasez de comida y medicinas, caída brutal de la economía y de la producción de crudo a su nivel más bajo de los últimos 30 años: 1.5 millones de barriles diarios.
"Este año tenemos que aumentar el millón de barriles. Si hay que pedir apoyo a la OPEP (…), a Rusia, a China, a los países árabes, pidámoslo".
Maduro también prometió trabajar por la reconciliación y ofreció dejar libres a opositores presos que no hayan cometido crímenes graves, para "superar las heridas" de las protestas en su contra, que dejaron unos 200 muertos desde 2014.
En represalia por las sanciones, Venezuela expulsó a los dos mayores representantes estadounidenses en Caracas (Todd Robinson, encargado de Negocios de la embajada, y Brian Naranjo).
Washington, por su lado, ordenó el miércoles la misma medida en contra de dos altos diplomáticos venezolanos radicados en Estados Unidos.