Las labores de búsqueda y rescate se reanudaron a primeras horas de este lunes en las áreas afectadas por la erupción del volcán de Fuego y en estas participa personal de los cuerpos de socorro, Ejército, Policía Nacional Civil (PNC) y voluntarios. Las escenas son devastadoras, pues continúan localizándose personas y animales sin vida.
Con preocupación y tristeza, Álvaro Pamal, un habitante de San Juan Alotenango, Sacatepéquez, participó en la búsqueda de desaparecidos, entre quienes se incluyen su hermano y 13 familiares más, residentes de la aldea El Porvenir, en ese municipio, y a quienes ya no vio después de la erupción del volcán de Fuego, que dejó desconsuelo y muerte en el país.
Según explicó, habló por teléfono con su hermano aproximadamente al mediodía de ayer, cuando aún la situación no estaba tan complicada, pues el coloso se reactivó a las 16:00 horas y eso causó el descenso de flujos piroclásticos que cobraron la vida de por lo menos 33 personas.
“Ellos (sus familiares) estaban en su casa, les habían dicho que era alerta naranja y cuando les informaron ya pasó de un solo todo”, relató consternado.
Dijo que su hermano, la esposa e hijos de este, y algunos otros sobrinos residían en un inmueble ubicado en cercanías del puente Las Lajas, en el kilómetro 93 de la ruta de Chimaltenango hacia Escuintla, en la mencionada aldea. “Entre ellos había cuatro menores de edad y dos señoritas”, indicó.
“Se escucharon retumbos y se veía humo. Ya habíamos visto la alerta, pero fue un cambio del rumbo de la lava lo que provocó todo, no se esperaba que nada pasara. Es cosa de Dios”, agregó.
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La última llamada
Pamal se encontraba en su vivienda, en Alotenango, mientras se desarrollaba la actividad eruptiva del volcán, la segunda en este año. Al percatarse de lo que ocurría se comunicó con su hermano aproximadamente a las 12:00 horas, quien le aseguró que no se preocupara, pues tanto él como su familia estaban bien.
Sin embargo, momentos después ya no pudo comunicarse con él, por lo cual se dirigió con algunos de sus conocidos hacia el lugar donde estaba la residencia de su hermano, pero solo pudo observar destrucción.
“Me dijo que estaban tranquilos, pero ahorita los buscamos y no los hemos podido encontrar. La casa está destruida y enterrada. No hemos podido entrar”, dijo.
“Cuando empezó la caída de ceniza dijeron que no había nada, salieron a ver, pero la corriente de lava agarró diferente la curva y se los llevó a todos”, añadió.
Según cifras oficiales de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desatres (Conred), hasta el momento se contabilizan 33 personas fallecidas, 46 heridas, 3 mil 265 evacuadas y 1.7 millones afectadas.