Los Bomberos Voluntarios, Municipales, Policía Nacional Civil o Cruz Roja tienen perros especiales de búsqueda y rescate y que son necesarios en eventos de esta magnitud.
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Sin embargo, en las labores que llevan a cabo los cuerpos de socorro no han estado acompañados de estos animales.
¿La razón?
Primero debemos entender que cuando se habla de volcanes lo que tenemos que tener en cuenta es el calor excesivo y la cantidad de gases emanados por el mismo.
En la erupción del volcán de Fuego nos dimos cuenta que su comportamiento creó un flujo piroclástico tan grande que abarcó varios kilómetros de terreno llegando a consumir flora y fauna, comunidades completas, etc.
¿Qué es un flujo piroclástico?
Es una mezcla de gases volcánicos calientes, materiales sólidos calientes y aire atrapado, que se mueve al nivel del suelo. Este puede tener una velocidad entre 10 a 200 km/h, lo cual los hacen letales debido a su velocidad y alta temperatura (700 °C a 1,200 °C).
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Teniendo en cuenta el daño causado y las condiciones de trabajo, la falta de aire, la utilización de mascarillas, donde las botas llegan a derretirse o despegar la suela de la misma por las altas temperaturas.
Estamos hablando que a un perro le causaría problemas respiratorios por la utilización de su olfato al buscar y quemaduras de segundo grado en las patas al estar no más de 2 minutos en el área del desastre, según explica la Unidad Canina de Rescate de Bomberos Unidos Sin Fronteras.
Queremos hacer conciencia de que un perro de búsqueda no va a poder trabajar en todos los desastres por mas que sea la mejor herramienta de detección de personas.
