El pasado sábado 9 de junio, decenas de personas se sumaron a la manifestación convocada por el movimiento “Usac es pueblo”, en la cual exigieron la renuncia de funcionarios públicos, entre estos, el presidente Jimmy Morales y la canciller Sandra Jovel.
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Brindan conferencia
Durante la conferencia de prensa que el mandatario Morales ofreció, junto con algunos de sus ministros y el secretario ejecutivo de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED), en relación a la actualización de datos y próximas acciones tras la tragedia del volcán de Fuego, una de las consultas fue sobre qué opina de las manifestaciones del sábado donde pidieron su renuncia y la de otros funcionarios. Al respecto, Morales se limitó a decir:
“Con relación a las manifestaciones, hemos tenido manifestaciones desde el primer día de gobierno, nosotros acá estamos respetando todo orden institucional, constitucional, democrático. En este momento lo que tenemos que hablar es quién se suma a poder ayudar a rescatar y atender las personas”.
Además, resalta que “los que quieran manifestar, pues siempre han tenido la libertad de hacerlo. Nosotros, hoy, estamos invitando a que todos se puedan unir al rescate”.
Por último, con relación a esta pregunta, resaltó: “Como dice el Ejército, y me ha gustado mucho: ‘Si ustedes me piden una mano, yo tengo dos para dárselas’. Guatemala necesita todas las manos, con todas las voces unidas, con un canto nuevo, y ese canto nuevo es ‘ayudémonos y reconstruyamos Guatemala”.
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Sobrevivientes entierran a sus víctimas
En la mañana, antes de la conferencia del mandatario Morales, familiares y vecinos de la zona devastada el pasado domingo por la erupción del Volcán de Fuego, enterraron a sus seres queridos, mientras otros sobrevivientes de la tragedia continúan buscando los cuerpos sepultados de sus parientes.
Carlos García, de 16 años, acompañaba los féretros con los cuerpos de su hermana Griselda Cortina, de 27 años, y de su sobrina, Meylin Johaly Chávez, de 9, en una procesión el domingo por la mañana en el pueblo de San Juan Alotenango, en el departamento de Sacatepéquez.
Ambas murieron engullidas por el torrente descontrolado de ceniza, gas y piedras que lanzó el volcán por la ladera sureste y que arrasó hace una semana la comunidad de San Miguel Los Lotes, dejando al menos 110 personas muertas y 197 siguen desaparecidas, según fuentes oficiales. En tanto, más de tres mil personas siguen en albergues y casas familiares.