Organismos de Derechos Humanos de Guatemala, México, Colombia, Ecuador y Honduras pidieron de manera conjunta a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que interceda para que Estados Unidos deje de separar a miles de niños de sus padres por haber cruzado la frontera sin documentos.
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Los cinco países latinoamericanos solicitaron a la CIDH medidas cautelares a fin de que Estados Unidos "interrumpa la práctica de separar a los niños, niñas y adolescentes migrantes de sus familias, y adopte todas las medidas necesarias para proteger sus derechos", según un comunicado difundido este martes.
El gobierno estadounidense anunció recientemente una política migratoria de "tolerancia cero": toda persona que ingrese clandestinamente será detenida y enfrentará cargos criminales. Y cuando se trata de familias, los niños son separados de los padres.
En este contexto, 2 mil 342 niños fueron separados de sus familias entre el 5 de mayo y el 9 de junio.
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Esta postura "es inhumana y representa un total desprecio por los derechos de las niñas, niños y adolescentes migrantes", repudiaron los cinco países latinoamericanos, al considerar que "resulta especialmente peligroso que esta medida está siendo tomada como un mecanismo para disuadir a las personas de migrar, enfrentándoles al peligro de ser separados de sus hijos".
Fuertes efectos
En su postura, los países resaltaron el caso de Marco Antonio Muñoz, quien había viajado desde Honduras a Estados Unidos buscando solicitar asilo con su esposa e hijo de tres años, y hace unos días se suicidó en una cárcel de Texas luego de haber sido separado de su familia.
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La separación de familias "afectará su integridad y romperá sus relaciones familiares, sin que posteriormente sea posible una reparación del daño puesto que el deterioro en su desarrollo físico y mental podrá provocar enfermedades como ansiedad o depresión, sin que sea viable reparar dicho daño psicológico y emocional", aseguraron.
Además, los niños al ser separados de sus padres son más propensos a ser víctimas de violencia, trata de personas y explotación, y al ponerles bajo custodia del Estado en hogares temporales, en algunas ocasiones han desaparecido, dijeron.
El presidente estadounidense Donald Trump reafirmó el lunes las controvertidas medidas a pesar del creciente escándalo que esto ha provocado.
"Estados Unidos no será un campo de inmigrantes, y no será un complejo para mantener refugiados. No lo será", dijo.